Un caso policial de película se produjo durante el pasado fin de semana en la localidad rionegrina de Colonia Catriel. Un hombre, que se encontraba en estado de ebriedad, vio una bicicleta dentro de una casa, se tentó, y la robó.
Cuando un policía, que hacía una recorrida por la ciudad, lo vio en ese trance y le dio la voz de alto, se subió y comenzó a pedalear desesperado. Fue atrapado y la fiscalía solo lo imputó por violar la cuarentena.
La situación fue visibilizada ayer por Catriel 25 Noticias. El medio local señaló que el hilarante episodio ocurrió en la noche del sábado en una vivienda del barrio Santa Cruz.
Afirman que, según fuentes a las que accedió el diario digital, el hombre había sido visto por los vecinos de ese barrio en situación de merodeo, especialmente en un espacio verde de ese sector urbano. Por ello estaban atentos a su evolución.
El acto delictivo se precipitó cuando el hombre, que presentaba claros signos de estar alcoholizado, observó por una ventana que dentro de una de las viviendas había una hermosa y llamativa bicicleta. La visión cautivó de tal manera al ladrón que, sin pensarlo mucho, se metió a la propiedad y hurtó el aparato.
Pero la mala fortuna comenzó a cobrarle la cuenta. Al salir a la vereda con la bici a cuestas, casi se topó con un policía que hacía su habitual patrullaje del barrio, que de inmediato advirtió la situación irregular y le dio la voz de alto.
El ladrón, impulsado por el instinto de conservación, solo pensó en escapar. De un salto se subió a la bicicleta y comenzó a pedalear desesperado, pero, por algo que no entendía, estaba siempre en el mismo lugar. Cuando el policía lo atrapó, recién advirtió que estaba sobre un rodado de tipo fijo.
Las fuentes dejaron trascender que, la fiscalía local analizó la situación y solo le inició una causa por violar el aislamiento, pero no por el hurto.
Fuente: La Arena.
