Las butacas que podrían ser de la avioneta en la que viajaban el futbolista argentino Emiliano Sala y su piloto fueron encontrados hace dos días en las costas francesas, cerca de Surainville en la península de Cotentin.
Si bien todavía no hay datos precisos del paradero de Sala ni de Ibbotson, los integrantes de la oficina de investigación de seguridad francesa (BEA, Burdeos de Enquête & d’Analyses) consideran que haber encontrado los cojines puede ser la punta de la madeja para resolver el misterio. Y se basan en que una vez chequeado que esos asientos pertenecen a la avioneta Piper PA-46 Malibu y analizando las corrientes marinas, podrán delimitar la zona precisa a rastrillar.
Para eso es fundamental comprobar que los números de serie de las partes encontradas coincidan con las del avión. Y es por eso, también, que luego del descubrimiento se solicitó a Estados Unidos, donde está matriculada la aeronave, los datos de fabricación. Todo bajo la más absoluta reserva y prudencia. Y de ahí el motivo por el cual recién este miércoles, 48 horas más tarde, se dio la noticia de que el último lunes habían encontrado restos que podrían pertenecer al vehículo.
Las autoridades anticiparon que la búsqueda submarina podría comenzar el fin de semana, ya que el clima y las condiciones del mar no son las indicadas por ahora. «Se está llevando a cabo una búsqueda de gestión privada en el área, y nos mantenemos en contacto con los participantes para maximizar la posibilidad de localizar los restos y garantizar una operación de búsqueda segura», señalaron.
Los familiares del futbolista argentino viajaron a Europa para seguir de cerca todos los avances en la investigación.