La ex integrante de la Conadep, Graciela Fernández Meijide, consideró este lunes «miserable» que se haga «un uso político» del caso de la desaparición de Santiago Maldonado, y opinó que «hay que ser cuidadosos» antes de defender el rol de la Gendarmería porque las fuerzas de seguridad «están integradas por hombres y son falibles».
«Hay un uso político de Santiago Maldonado, lo hay decididamente, y es miserable eso», sostuvo la ex senadora nacional y ex funcionaria en declaraciones formuladas esta mañana a a Radio Rivadavia, en las que afirmó que, «sea quien sea, es doloroso que una persona desaparezca». De esta forma, Fernández Meijide se refirió a la desaparición de Maldonado, quien fue visto por última vez el 1 de agosto, durante un operativo de Gendarmería en una comunidad mapuche del noroeste de la provincia de Chubut. En ese marco, la ex diputada y ex senadora nacional, celebró que la Justicia busque dar con el paradero del joven y que el Cuerpo de Antropología Forense colabore con las pericias.
No obstante, consideró que, «desde el comienzo, se tardó mucho en hacer la denuncia» y habló de un «afán» de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich de «sostener una fuerza en la que confía». «En ese sentido, yo creo que hay que ser cuidadosos, porque una fuerza es una fuerza, pero está integrada por hombres, que son falibles y están entrenados para reprimir», analizó. En ese sentido, aseguró que la violencia «podría habérsele ido de las manos a alguien».
Fernández Meijide separó este aspecto investigativo, del «ambiente de connotación política» que, en su opinión, algunos quieren crear sobre el caso. «Esto es un desgracia y una falta de respeto por la víctima y por su familia», señaló. En ese plano político, consideró que comparar lo de Maldonado con las desapariciones de la dictadura sólo se puede hacer «por mala fe, por inocencia o por ignorancia», y consideró que los dirigentes de derechos humanos que reclaman por el caso tienen mucha experiencia «golpeando puertas» durante la dictadura como para saber que las situaciones no son comparables. «Lo sabe Estela de Carlotto, Taty Almeida, Adolfo Perez Esquivel, que fue secuestrado, todos nosotros sabemos lo que es golpear puertas, presentar hábeas corpus y que nadie te atienda, que te rechacen o que un juez te diga que las fuerzas de seguridad no le responden», reseñó Fernández Meijide, quien indicó que, en este caso, las organizaciones de derechos humanos fueron recibidas por el Gobierno.