El dirigente social y precandidato presidencial Juan Grabois denunció que dos presuntos policías bonaerenses llegaron hasta su casa por una supuesta denuncia anónima y vinculó ese hecho con las actividades ilegales de la agrupación de ultraderecha Revolución Federal.
Sin embargo, el fiscal Gerardo Pollicita y el juez Daniel Rafecas no encontraron razones para vincular un hecho con el otro y mandaron la denuncia a la Cámara Federal de San Martín.
La extraña secuencia ocurrió el 22 de abril pasado, cuando Grabois denunció: “en una situación poco clara dos agente de la Policía Bonaerense se apersonaron en mi residencia familiar y domicilio particular ubicado en Villa Adelina, a raíz de una supuesta denuncia efectuada por alguien en forma anónima respecto de que en ese momento se estaban cometiendo delitos contra menores en ese domicilio”.
“En función de que en ese momento nadie atendió a los efectivos porque no había nadie en el domicilio una vecina de la casa lindera se acercó al escuchar los golpes y gritos de los agentes para conocer los motivos del apersonamiento policial”, abundó.
Según explicó el dirigente social, enterado del hecho y con posterioridad intentó “obtener información al respecto”, pero sin éxito: “nadie supo decirme que fue lo que efectivamente sucedió”. Grabois consideró que estos nuevos hechos “no pueden ser investigados de forma separada a la presente causa” en la que están imputados cuatro integrantes de Revolución Federal.
Para ello, invocó “la cercanía territorial de la famosa carpintería cuya situación dominial aún no ha quedado clara” (perteneciente a Jonathan Morel, líder de Revolución Federal) y un informe de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, en la que integrantes de esa agrupación hablan sobre él y la posibilidad de “conseguir gente” para una eventual acción en su contra.
Sin embargo, ni el fiscal Pollicita, ni el juez Rafecas (subrogando a Marcelo Martínez de Giorgi) coincidieron con ese criterio. “La presentación efectuada por Juan Grabois no guarda vinculación con los hechos aquí investigados”, opinó Pollicita.
“El suceso puesto en conocimiento por el querellante no encuentra punto en común con el objeto procesal de autos más allá de las conjeturas personales sobre la realidad de la presencia policial en su domicilio, no advirtiéndose correlación entre unos y otros sucesos”, completó Rafecas.
“De lo relatado por Grabois ni siquiera se vislumbra la intervención de alguno de los encausados y/o correspondencia con los hechos por los cuales se encuentran procesados”, añadió.