Gabriel Guevara se hizo presente en la UFI 2 que investiga el crimen de su mujer, Marcela Coronel, la enfermera que apareció muerta en su casa envuelta en frazadas.En un primer momento el principal sospechoso fue Gabriel, ya que era con quien vivía y en la vivienda no había signos de que las cerraduras de la casa estuvieran forzadas.
Gabriel siempre habló de su coartada y asegura que tiene testigos que comprueban que al momento del crimen se encontraba trabajando. «Salí a las 5.30 de la mañana para mi trabajo. Le di un beso a mi hija, a Marcela y ella me dijo que le avise cuando llegara», contó en declaraciones a C5N.
Gabriel contó la hipótesis de las amenazas y explicó que hace dos meses cortó el circuito de venta de una banda narco que operaba en el centro de integración con gente en situación de calle en el que trabajaba. «Se enojaron porque les corté el circuito. Vendían paco en el baño del centro y los saqué. Me pegaron y amenazaron con hacerme boleta», dijo.
Para el hombre la muerte de Marcela puede estar relacionado a esa amenaza o también habla de que puede haber sido un robo al voleo. «El remisero de enfrente dijo que la vio salir a las 8.30 a hacer unas compras. Estaban todas las compras sobre la mesa. Así que fue después de esa hora. No sé si alguien se metió antes y la esperó», contó.
«Yo estoy a disposición. La Justicia tiene mi teléfono, mis redes. Todo lo que necesiten para investigarme y las veces que sea necesario que hable, lo haré. Ahora estoy acá para acompañar a mi familia», dijo en las puertas de la fiscalía. Hasta el momento, la causa no tiene ningún imputado.