Francisco Muñiz, el hombre oriundo de General Pinto que intentó entrar a la Casa Rosada con un arma Magnun sin balas, rompió el silencio y explicó que lo hizo para intentar llamar la atención y tener una audiencia con el presidente, Mauricio Macri.
«Fue una especie de reclamo. Quise llamar la atención, sé que es algo un poco extraño», admitió el hombre de 36 años sobre su actitud que desató la alarma ante la seguridad de la sede presidencial.
Según relató en declaraciones al canal América, Muñiz había hecho dos pedidos de audiencia ante el presidente para transmitirle «aspectos políticos y económicos» sobre el país y «situaciones personales».
El hombre, dijo, hace 7 años que «no tiene un ingreso estable». En cada una de las instancias, aseguró, fue de «manera diplomática y civilizada» y hasta llevó un «presente»: una espada de acero elaborada en forma de artesanía por él. El día 13 de mayo pasado, cuando llevó un revólver Magnum Taurus .44 sin balas en el tambor, coincidió con el tercer pedido de reunión.
«Lo del arma fue algo descabellado. No medí las consecuencias de lo que iba a pasar, no fue una amenaza y no quise intimidar a nadie. La Magnum estaba cerrada en un estuche, iba a hacer la entrega del arma, pero me negaron la audiencia», destacó.
Todo ocurrió a las 9 de la mañana, cuando Muñoz se presentó ante la puerta de entrada en la calle Balcarce al 78. Al acercarse, mantuvo un diálogo con efectivos de seguridad de la Policía Federal (PFA), a quienes les aseguró que tenía agendada una audiencia con el mandatario.
Una vez que los custodios de la Casa de Gobierno confirmaron que no existía tal cita, le dijeron que se fuera. En ese momento, el hombre, que afirmó ser un «militante activo del PRO» e intentó ser candidato al consejo escolar de General Pinto, respondió a la invitación dejando el estuche con el arma en uno de los patios internos. Tras irse de la escena, efectivos de la Policía Federal lograron detenerlo a los pocos metros, en la boca del subte, ubicada en Balcarce e Hipólito Yrigoyen.
De acuerdo su testimonio, el arma, que tiene su número de serie limado, estaba en su casa pero desconoce a quien le pertenecía. «Nunca la usé, no es mía, no estoy vinculado a nada oscuro ni a ningún hecho delictivo. Fue un impulso y no medí lo que iba a pasar», reiteró.
Muñiz está acusado por el delito de intimidación pública, con una causa en el Juzgado Federal Nº11. Después del proceso correspondiente y haber sido analizado por «seis psiquiatras», aseguró, fue liberado.