Este viernes a las 12 horas, luego de un proceso que comenzó en noviembre del año pasado, el Tribunal de Santa Rosa finalmente condenó a prisión perpetua a las asesinas de Lucio Dupuy, Magdalena Espósito Valenti -la madre del menor- y Abigail Páez, su ex pareja. La decisión de los jueces Alejandra Ongaro, Daniel Sáez Zamora y Andrés Olié fue transmitida en vivo por el canal de Youtube del Poder Judicial pampeano. Se rechazaron los planteos de inconstitucionalidad de las defensas con respecto a la prisión perpetua.
Ambas acusadas no estuvieron presentes en la sala, tal como lo hicieron en audiencias anteriores. Permanecieron en el Complejo Penitenciario N°1 de San Luis, donde se encuentran encerradas y se negaron a escuchar la imposición de sus penas, que serán comunicadas a través de sus defensas. En cambio, estuvieron presentes Cristian, padre de la víctima, y su abuelo Ramón, que impulsó durante más de un año el pedido de justicia en el caso.
Espósito Valenti, la madre, había sido declarada el 2 de febrero último como la autora material y penalmente responsable del delito de homicidio triplemente calificado por el vínculo, alevosía y ensañamiento.
A su vez, Páez fue declarada autora material y penalmente responsable del delito de homicidio doblemente calificado por alevosía y ensañamiento. Su situación fue más grave aún: se la declaró culpable también del delito de abuso sexual con acceso carnal por vía anal, agravado por tratarse de la guardadora y por haberse cometido contra un menor de 18 años de edad, aprovechando la situación de convivencia preexistente, como delito continuado.
Durante la audiencia previa de alegatos que se realizó este lunes 13 de febrero, la fiscal Verónica Ferrero pidió que las dos acusadas fueran condenadas a prisión perpetua porque, frente a los delitos cometidos, el Código Penal prevé solamente esa pena.
El abogado querellante que representa a la familia Dupuy, José Mario Aguerrido, adhirió al planteo del Ministerio Público Fiscal, pero le añadió el requerimiento de que la pena sea de reclusión por tiempo indeterminado, una alternativa que prevé el artículo 52 del Código Penal, en relación con el artículo 80. Sus fundamentos, entre otras razones, se basaron en la extensión del daño provocado a “un chico absolutamente vulnerable”, agregando que el crimen de Lucio fue el final de un proceso de maltrato infantil.
La noche del crimen y la macabra revelación de la autopsia
Lucio Dupuy fue asesinado el 26 de noviembre de 2021 en la casa de la calle Allan Kardec al 2.300 de Santa Rosa, donde vivía junto a su madre y la entonces pareja de la mujer.
De acuerdo con el Ministerio Público Fiscal, representado en el debate por Verónica Ferrero, Mónica Rivero y Marcos Sacco, las imputadas “agredieron físicamente, en forma conjunta” a Lucio entre las 17.30 y las 19.40 del 26 de noviembre de 2021 en la casa en la que vivían en Santa Rosa, ocasionándole múltiples lesiones que le provocaron la muerte, luego de un período de agonía. Su madre y la pareja de la misma habían dicho en el centro médico que al que lo llevaron ya moribundo que un ladrón había entrado a su casa y había golpeado al chico: era mentira.
Páez apareció con el chico en brazos frente a la sala médica del barrio Río Atuel, a poca distancia de su casa. Varios vecinos intentaron reanimar a Lucio, que finalmente perdió la vida en el Hospital Evita de la ciudad.
Lucio murió a raíz de una hemorragia interna provocada por la paliza que recibió. Las torturas a Lucio ocurrían hace meses y el cadáver del chico las reflejó. Ante los magistrados en el juicio, Juan Carlos Toulouse – el forense que practicó la autopsia al cuerpo-reafirmó sus conclusiones originales: dijo que el niño falleció a causa de una ‘feroz golpiza’ y que presentaba ‘lesiones en varias partes del cuerpo’, según informaron fuentes judiciales.
Aseguró que había sido víctima de abusos sexuales ‘recientes y de vieja data’, al mismo tiempo que presentaba ‘un fuerte golpe que le afectaba la cadera, el glúteo y la pierna, con una data de 7 a 8 días’”.
“Hubo una agresión puntual que le provocó la muerte”, según la autopsia presentada en la causa. Además de los signos de abuso, presentó quemaduras y mordidas.
Antes de su muerte en el Hospital Evita de Santa Rosa, Lucio había sido asistido médicamente al menos cinco veces en tres meses por traumatismos en diversos centros de salud. Los médicos que vieron sus lesiones no denunciaron nada. Tampoco su jardín de infantes. La jueza de familia Ana Clara Pérez Ballester había decidido que Lucio viva con sus asesinas, sin realizar un estudio socioambiental, luego de que la tía paterna de Lucio desistiera de su tenencia.
A comienzos de este mes, el bloque de diputados del peronismo y las bancadas de la oposición de la provincia de La Pampa anunciaron que impulsarán un jury de enjuiciamiento por mal desempeño contra la magistrada.