Diariamente la audición se encuentra expuesta a niveles de ruidos elevados a los recomendados por los profesionales. Se estima que el oído resiste 80 decibeles (dB) como máximo. El ruido constante de autos, bocinas, sirenas de ambulancias, sonidos de construcciones y música a alto volumen pueden provocar graves problemas auditivos que, en muchos casos, puede desembocar en daños irreversibles. Todos los 3 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Audición para promover controles y concientizar sobre lo sensible que pude resultar el aparato auditivo.
Estudios realizados por el CONICET alertan sobre las cifras actuales de esta patología. Entre el 10 y el 20 % de la población mundial padece la enfermedad denominada acúfenos -o Tinitus-, que consiste en la percepción de sonidos que no existen en el entorno, conocidos socialmente como zumbidos o silbidos. Esto se traduce en un total de entre 750 y 1.500 millones de personas que sufren formas severas que llegan a inhabilitarlos en el aspecto personal, social como laboral. En Argentina, las estadísticas serían similares.
La fonoudióloga Susana Domínguez especialista en el tratamiento de acúfenos e hiperacusia de INEBA (Instituto de neurociencia de Buenos Aires) detalló: «Si bien contamos con un sistema de protección auditiva que se genera por la contracción de los músculos del martillo y del estribo, este es un mecanismo de defensa débil para los ruidos de impacto».
El 3 de marzo fue escogido como el día de las enfermedades por audición debido a su particular composición del 3 del mes 3, el cual simbólicamente representa las dos orejas del cuerpo humano. Se inició en 2007 en la ciudad de Beijing, China, durante la primera conferencia internacional sobre la prevención y rehabilitación de la deficiencia auditiva.
Existen dos tipos de acúfenos de los cuales depende el nivel de daño existente: agudos y crónicos. En el caso de los agudos, puede ser fácilmente detectado y solucionado con fármacos. Por el contrario se ubican los crónicos, los cuales se caracterizan por un malestar continuo que incluso persiste después de un descanso auditivo.
«Al volverse crónico, las células del oído no se regeneran y se provoca un daño de tipo perceptivo e irreversible conocido como hipoacúsia neurosensorial inducida por ruido, la cual puede causar sensación de oídos tapados y mareos, acúfenos e hiperacusia (sensibilidad y molestia a los sonidos) o, en el peor de los casos, generar dolor de oídos o algiacusia», aseguró la doctora Domínguez.
Profesionales recomiendan concurrir inmediatamente a un otorrinolaringólogo ante cualquier síntoma. Por otro lado resulta fundamental evitar pasar previamente por un clínico ante cualquier duda, esto pude eludir que el diagnóstico se demore y provoque más daños de los ocasionados.
«El daño no se percibe en el momento y es acumulativo, por lo que solo sentir la molestia significa que el daño ocasionado ya no es reversible. Según un estudio epidemiológico en Gran Bretaña, el 51% de los pacientes con acúfenos crónicos acude a la consulta de atención primaria (médico clínico), lo cual retrasa el diagnóstico y el tratamiento, además de ensombrecer el pronóstico», subrayó la doctora.
La prevención y el cuidado auditivo son fundamentales, las estadísticas demuestran que el grado de recuperación espontánea es importante y los valores de mejoría se estiman entre un 40 y un 70 % a partir de los distintos tratamientos.