La tasa de los plazos fijos que captan los bancos comenzó a subir en las últimas semanas, en lo que el mercado anticipa como una tendencia que se sostendrá en el tiempo. Sin embargo, los depósitos a plazo siguen rindiendo casi ocho puntos menos que las Lebac, las letras del Banco Central que captan cada vez más atención (y recursos) de los ahorristas minoristas.
Según el último dato disponible en el Banco Central, la tasa promedio para un plazo fijo a 30 días era del 19,33 por ciento anual. La tasa promedio aumentó de manera constante luego de haber tocado 17,71 por ciento en abril. Ahora volvió a valores por encima del 19 por ciento.
La tasa Badlar de depósitos a plazo fijo en bancos privados superiores al millón de pesos, a 30 o 35 días de plazo, subió 0,5 puntos en septiembre, a 21, 3 por ciento.
El rendimiento aumenta a pesar de expectativas de inflación decrecientes. Según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Central, una gran encuesta de estimaciones entre consultoras y bancos locales e internacionales, la inflación esperada para los próximos doce meses ronda el 17,2 por ciento. Así, la tasa promedio por un plazo fijo en pesos a 30 días estaría 2 puntos por encima del costo de vida estimado. Esto contrasta con los plazos fijos en UVA, que actualizan el capital al ritmo del Índice de Precios al Consumidor (IPC), con un interés mínimo o nulo, según el banco, y obligan a dejar el dinero inmovilizado por al menos 180 días.
El REM proyectó que el dólar aumentará a $ 19,9 promedio en los próximos doce meses. Eso implicaría una devaluación de algo más de 12 por ciento, por debajo del retorno del plazo fijo y de la inflación esperada.
Los bancos deben captar depósitos para hacer frente a la creciente y sostenida demanda de créditos. Según el último informe monetario del Banco Central, el crédito hipotecario aumentó 63,8% anual en septiembre; el prendario, 71% anual y el personal, 57,1 por ciento.
Para hacer frente a esa mayor demanda de dinero -que es, por supuesto, el principal negocio de los bancos-, las entidades comenzaron a desarmar posiciones en Lebac y a reducir sus tenencias en cuenta corriente y en pases -préstamos entre bancos a una semana de plazo-. Estos activos significaban el 45,4% de los depósitos de los bancos en abril y ahora totalizan el 40 por ciento. Ahora llegó el momento de atraer dinero de los ahorristas.
Sin embargo, la «lebacmanía» sigue en ascenso. Según la Cámara Argentina de Fondos Comunes de Inversión (CAFCI), los ahorristas crearon 170.000 cuentas comitentes en los primeros nueve meses del año. Son las cuentas para operar Lebac y otros instrumentos financieros, como acciones o fondos de inversión. El mercado todavía es chico, pero crece a ritmo sostenido.
La Lebac también puede ser la puerta de entrada a otros instrumentos. Existen fondos de inversión que siguen el índice Merval de la Bolsa de Comercio, otros que se componen por una cartera de letras del Banco Central -pero que permiten entrar en cualquier momento y no solo el día de la licitación primaria-, otros que combinan bonos en pesos, otros que ofrecen rendimientos en activos en dólares, etcétera.
Según el consenso de analistas, el Banco Central mantendrá altas las tasas de Lebac en lo que queda del año para combatir la inflación. Al ofrecer tasas de interés de 26,5 por ciento anual a 30 o 35 días, el BCRA retira pesos que podrían ir al consumo y a recalentar la economía. La autoridad monetaria paga hoy por estas inversiones tan seguras como los plazos fijos siete puntos más que los bancos y 9,3 puntos más que la inflación esperada.
La próxima licitación de Lebac será el martes 17.