La líder de la agrupación Tupac Amaru, Milagro Sala, pidió a través de un manuscrito asumir «cuanto antes» su banca en el Parlasur. La dirigente social fue electa en diciembre para ocupar ese cargo, pero nunca juró porque quedó detenida en enero, antes de la primera sesión.
Sala aprovechó una visita al penal del Alto Comedero del exvicegobernador Gabriel Mariotto, para entregarle la carta escrita a mano en la que reclamó su inmediata liberación. Está dirigida al Presidente del Parlamento del Mercosur, Jorge Taiana.
«En conocimiento de la propuesta de tomarme juramento en la penitenciaría de Alto Comedero, donde estoy ilegalmente privada de la libertad, solicito a usted que a la brevedad se haga presente para realizar dicho acto estando en ejercicio pleno de mis derechos civiles y por el cual podré representar al pueblo en la función que he sido electa», le escribió.
La semana pasada, un comité de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) consideró arbitraria la detención de Milagro Sala y pidió al Gobierno Nacional que la libere «de inmediato». El Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria del organismo juzgó que la dirigente social fue objeto de «un entramado de acusaciones consecutivas e inicios de causas judiciales para sostener su privación de libertad de manera indefinida en el tiempo». Y consideró que no existen elementos legales para justificar su prisión preventiva.
Tras el pedido el fiscal de Estado de Jujuy, Mariano Miranda, ratificó los motivos de la detención y aseguró que la opinión de la ONU no es vinculante.
La dirigente social fue encarcelada el 16 de enero, un mes después de que fuera acusada por sedición. En ese momento, Jujuy estaba convulsionada tras la asunción del gobernador Gerardo Morales, histórico rival del kirchnerismo en la provincia y la Tupac Amaru encabezaba un acampe que, para la Justicia, afectaba la gobernabilidad. El juez la excarceló 15 días después, pero en paralelo le había estallado otra causa por asociación ilícita y defraudación al Estado.
Según la investigación judicial, Sala tenía un aceitado mecanismo para desviar los fondos para viviendas sociales que le mandaba el Ministerio de Planificación de Julio De Vido. Los investigadores sospechan que actuaba en complicidad con el exsecretario de Obras Públicas, José López.