La familia de Jessica Paola Vasconcelo no tiene paz. Es que después de una lucha incansable que se extendió por seis años para lograr tener justicia por la muerte de la joven de 31 años, quien fue embestida por un conductor que circulaba a alta velocidad, este fue privilegiado con prisión domiciliaria por un hemorroide. En ese contexto, Francisco Vasconcelo, el padre de la víctima, habló con cronica.com.ar, y consideró que la medida judicial es «una burla». «Lo que estamos viviendo es de terror», sentenció.
La madrugada del 21 de enero del 2016, Jessica regresaba del cumpleaños de su hermana, a bordo de una moto Keller 110 que manejaba su novio, cuando alrededor de la 1.15 fueron embestidos en la esquina de las avenidas Belgrano y Alvear por una camioneta que al impactar contra ellos los «tiró 50 metros más adelante», describió Francisco.
Jessica murió en el acto. «Mi hija era un saco de huesos rotos, el impacto fue de lleno y la mató en el acto», relató Francisco en diálogo con este medio. En tanto, el novio de la joven que tenía signos vitales fue trasladado a un establecimiento médico.
«Venía jugando carreras, a 140 kilómetros por hora, en pleno centro», sostuvo Francisco respecto al conductor que atropelló a su hija y terminó con su vida. Además, el padre de la víctima contó que en el interior del vehículo que embistió a Jessica viajaban cinco ocupantes más, «pero desaparecieron todos».
El titular del vehículo que acabó con la vida de Jessica, también señalado como el conductor al momento del hecho es Juan Gilberto Nuñez Barua, que en ese entonces tenía 25 años, y circulaba en dirección a la ciudad de Resistencia, cuando impactó contra Jessica y su pareja, para luego darse a la fuga en connivencia policial, según denunció Francisco. Y agregó: «Acá se tapó todo, porque tiene mucho poder».
Nuñez Barua recién se presentó ante la Justicia dos meses y 24 días después. Sin embargo, seis años después y con dos juicios de por medio, la familia Vasconcelo aún no tiene Justicia. Tras el primer debate oral, el 6 de diciembre de 2019, el imputado fue condenado a 3 años de prisión en suspenso, con prohibición para conducir todo tipo de vehículos por 10 años, pero la medida judicial dispuesta nunca se cumplió. Es que apenas cuatro años y ocho meses después de la muerte de Jessica, Francisco vio al responsable de la muerte de su hija conduciendo la misma camioneta con la que la atropelló. Es por eso que desde entonces, la vida de Francisco se convirtió en una lucha para encontrar Justicia que le devuelva un poco de paz.
En el segundo juicio, Nuñez Barua fue condenado a tres años y seis meses de prisión de cumplimiento efectivo, pero a los ocho meses, precisamente el 22 de diciembre del año pasado, fue privilegiado con prisión domiciliaria por hemorroides.
«Fue un asesinato, no un accidente en la forma que él venía», destacó Francisco quien sentenció que hasta el momento, el conductor que chocó y mató a su hija, «nunca se arrepintió, ni pidió perdón». «Es una burla a la sociedad y a nuestra familia, él sigue manejando, pero nosotros seguimos luchando para que esto cambie y que él cumpla la prisión efectiva», manifestó.