En lo que va del año suman 25 los efectivos policiales de la bonaerense que se quitaron la vida. El último fue Rodrigo Barbagallo, un joven suboficial de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, se
suicidó de un disparo en la cabeza días atrás en su domicilio de la calle El Zorzal al 1300 de la localidad de Gobernador Costa en Florencio Varela. La Justicia investigará los motivos que pudieron llevarlo a quitarse la vida.
El suicidio de ese joven ocurrió apenas unas horas después de que otro integrante de esa fuerza policial también se quitara la vida en un baño de una estación de servicio en el Conurbano. Se trata de Rodolfo Ojeda, un capitán de la Policía Bonaerense desde hacía 30 años, quien se pegó un tiro en la boca con su arma reglamentaria.
Las cifras son alarmantes, y es que si se comparan los suicidios con las muertes de los uniformados durante operativos policiales, son superados ampliamente por la trágica decisión que representa quitarse la vida. Hay 10 caídos en actos de servicio promedio por año, frente a unos 35 suicidios.
Actualmente dentro de la fuerza se han registrado 25 suicidios de manera oficial, sin embargo, la periodista especializada en temas de la Policía Bonaerense, Josefina López Mac Kenzie, asegura que el número de muertes es mayor ya que no se contabilizan los funcionarios retirados. «La cifra está muy por encima de lo que ocurre en la población civil», advierte la especialista.
En ese sentido, y según datos oficiales de la Policía Bonaerense, los suicidios fueron al menos 39 en 2016; 30 en 2017, 31 en 2018, 32 en 2019; y 18 en 2020.
«La situación es grave en la fuerza que conducen los comisarios generales Daniel “Fino” García y Jorge Figini… La fuerza del comisario general Daniel Fino García ingresó en sus peores cifras de su mayor tabú. Son las previas al confinamiento», alertó López Mac Kenzie en su cuenta de Twitter.
Un oficial de la Bonaerense (La Matanza comando Norte) se suicidó esta tarde.
— Josefina López Mac Kenzie (@josefinalopezmk) October 12, 2022
La fuerza del comisario general Daniel Fino García ingresó en sus peores cifras de su mayor tabú. Son las previas al confinamiento.
“Algo está pasando con la salud mental en la Policía de la Provincia de Buenos Aires”, alertó el periodista Jorge Lanata en uno de sus programas emitidos por El Trece el pasado mes de julio. Y añadió: “se mueren más policías por suicidios que en operativos o enfrentamientos”. “No es normal”. Cabe destacar que las fuerzas federales los suicidios son mucho menos masivos.
Aun así, el ministerio de Seguridad de la Nación tiene un Programa de abordaje integral del suicidio, y es público. También existe un Programa de Abordaje Integral de Prevención del Suicidio en la Policía en la provincia de Santa Fe, localidad en la que según cifras oficiales solo hubo 23 suicidios en los últimos cinco años. “Acá no sos una persona ”, fue la respuesta recurrente de varios funcionarios a los que entrevistó la periodistas especializada López Mac Kenzie, quien contó que si bien muchos uniformados ingresaron «por vocación» otros le confesaron que entraron a la fuerza «por necesidad económica», pero que luego de estar adentro se sienten «frustrados», «un número» o «un pedazo de carne», palabras que dejan en claro el malestar, frustración y desánimo que hay dentro de dicha fuerza policial.
Ante este escenario hay una sola realidad: la institución no tiene una política de salud mental que piense en sus integrantes, es decir, no hay espacio para lo emocional en la fuerza de seguridad más numerosa de todo el país.