Después de casi dos años de trabajo, se presentaron los primeros resultados del estudio Andes. En el marco de la IX Conferencia de la Sociedad Internacional de Sida, en París, se dieron a conocer prometedores avances argentinos en la lucha contra el VIH en un trabajo de la Fundación Huésped con el apoyo de los ministerios de Ciencia y Tecnología, Salud y de Laboratorios Richmond.
El estudio comparó la respuesta en pacientes con VIH sin tratamiento previo que recibieron darunavir/ritonavir y lamivudina con los que, a su vez, tuvieron un tercer fármaco, tenofovir. Luego de 24 semanas se demostró que la biterapia es igual de efectiva que el tradicional enfoque con tres drogas.
Para llegar a tal conclusión, el estudio Andes comparó la respuesta en dos grupos de pacientes vírgenes de tratamiento: una parte tomó la combinación de terapia triple standard y la otra incorporó la combinación darunavir/ritonavir y lamivudina (3TC).
Desde París, el doctor Pedro Cahn, Director Científico de Fundación Huésped sostuvo: «De confirmarse esos resultados a la semana 48, podríamos tener una evidencia adicional de que podemos tener un régimen más económico, con menos toxicidad y menos riesgo de interacciones medicamentosas, facilitando así el acceso al tratamiento de más pacientes en el camino a la estrategia global del 90-90-90».
La estrategia global a la que aludió el especialista refiere a un objetivo estipulado para 2020. Se busca que, para ese entonces, el 90% de las personas con VIH conozca su estado, que el 90% de las personas diagnosticadas reciba terapia antirretroviral continuada y que el 90% tenga el virus controlado.
Entre los factores decisivos para alcanzar la meta se encuentra la reducción del costo y la mejoría de la adherencia al tratamiento. De corroborarse el resultado satisfactorio a su finalización, el laboratorio argentino desarrollaría un comprimido único con la formulación biterapia que se suministraría una vez por día.
La Fundación Huésped estuvo a cargo del diseño y coordinación del estudio clínico. Laboratorios Richmond participó en el diseño de las coformulaciones y aportó el darunavir-ritonavir y fondos para el sostenimiento del proyecto. Mientras que desde los ministerios nacionales colaboraron con el resto de la medicación y reactivos para pruebas de resistencia y carga viral.
La elección del DRV-ritonavir y 3TC emergió a partir del éxito del estudio Gardel, que había demostrado que un esquema de dos drogas podía tener una eficacia similar a un tratamiento de tres.