Estaba tomando un café con leche con muffins de limón y amapola. Era un restó de microcentro al que siempre iba por su tranquilidad en medio del caos: miraba por el ventanal la gente pasar sobre la calle Hipólito Yrigoyen y era relajante. Pero ese día todo cambió. La comida me cayó mal y una mezcla de asco e impresión me invadió a tal punto que no pude terminar el sabroso budín: desde la cocina salía corriendo temerosa una rata.
Fui la única que la vio, por lo tanto me convertí en cómplice del cocinero que hubiese querido que yo no esté en ese momento mirando hacia la puerta por donde salió el roedor asustadísimo. Tragué saliva y miré el celular como buscando la ayuda del aparato electrónico. Nunca lo encontré.
Esperé unos minutos, ya había pagado, así que sólo quedaba huir como la rata. Cuando estoy por levantarme, se acerca el gerente, me devuelve la plata, me pide disculpas. Me dice «que eso nunca había pasado», «que era por una construcción cerca», «que me esperaban la próxima». No hubo próxima, no la habrá.
¿Te pasó alguna vez algo así? ¿Podés imaginar cómo en esa cocina donde hacen tu comida haya ratas y cucarachas dando vueltas? ¿Dónde están los inspectores?
La respuesta está en la Agencia Gubernamental de Control (AGC), desde donde hacen controles e inspecciones en los bares y restaurantes de la Ciudad. Desde minutouno.com nos comunicamos con sus representantes que advirtieron sobre la ola de comercios de gastronomía en las malas condiciones sanitarias.
Ratas, cucarachas y falta de higiene generalizada
Las zonas de mayor cantidad de clausuras son aquellas en las que hay mayor densidad de establecimientos gastronómicos: Palermo, Las Cañitas y Puerto Madero.
Es que la rata saliendo de la cocina no es una experiencia aislada, hay decenas de restaurantes y bares que son clausurados principalmente los fines de semana por estos motivos: la presencia de vectores (cucarachas) y/o roedores (ratas) y falta de higiene generalizada.
A esto se suma el incumplimiento de mejoras. «Esto es cuando hacemos una inspección y notamos alguna irregularidad (que puede ser una luminaria sin protección anti estallido, falta de burletes en las heladeras, falta de habilitación, no tener cursos de manipulación de alimentos aprobados, entre otras) intimamos al titular del establecimiento dándole un plazo para que subsane las faltas y no lo hacen”, detallaron desde la dirección.
El Imperio y la invasión de cucharachas; y el bar del chef Germán Martitegui, lleno de ratas
En los últimos años hubo dos casos que fueron resonantes. La clausura de uno de los emblemas de la gastronomía porteña, «Imperio de la pizza», por una infestación de cucarachas.
Anteriormente, el restaurante Olsen, creado por el chef mediático Germán Martitegui, que cerró sus puertas casi dos meses después de que lo clausuraran por la presencia de ratas.
En ambos casos fueron los propios empleados y los comensales que denunciaron la presencia de roedores en el local gastronómico. Las redes sociales colaboraron para que desde Inspección hagan el control y cierren sus puertas, para siempre en el caso de Olsen donde, según la AGC, la falta no fue subsanada por lo tanto se venció el plazo de clausura.
Las cervecerías, en el ojo de la tormenta
Hay un «monstruo» que ya da miedo por su expansión. Las cervecerías y su modalidad del growler, el rellenado de cerveza en los ya clásicos botellones. Lo cierto es que esta tendencia sigue generando preocupación por la falta de higiene en los propios bares que las proporcionan ya que no está legislado cómo se higienizan.
Para esto se está impulsado un proyecto para el proceso de limpieza y rellenado. Pero todavía no está definido y seguimos expuestos nosotros, los consumidores.
En tanto, desde la AGC llamaron a los vecinos a denunciar cuando encuentren alimentos en malas condiciones: comunicándose al 147 o vía la página web de reclamos.