Unas 30 escuelas secundarias siguen tomadas en la Ciudad de Buenos Aires por sus alumnos, una medida que comenzó el 29 del mes pasado y que se extiende hasta hoy. Mientras tanto estudiantes de otros colegios evalúan en asambleas la posibilidad de sumarse a la medida, con el fin de repudiar la reforma educativa que promueve el gobierno porteño .
En tanto, avanzan los preparativos de una nueva protesta en la calle de los estudiantes, programada para las 17 de hoy, tras la marcha del viernes pasado al Ministerio de Educación.
Los estudiantes hablan de precarizar la juventud
La alumna, luego insistió con el rechazo de los alumnos al plan para los colegios secundarios impulsado por la administración de Horacio Rodríguez Larreta que, entre otros cambios, plantea para el 2018 una práctica formativa en empresas para estudiantes de quinto año.
Schmal expresó: «Los y las estudiantes le decimos no a la reforma educativa. Una reforma que quiere avanzar con la precarización de la juventud, haciéndonos trabajar gratis en nuestro quinto año para empresas multinacionales». «Que quiere tirar abajo la educación pública. Eso no ayuda en nada a nuestra formación como estudiantes», amplió la alumna.
Y finalizó: «Ya nos expresamos en las calles y, esta tarde, vamos a redoblar la fuerza diciendo ‘Abajo la reforma educativa’, y reclamando la aparición con vida de Jorge Julio López, al igual que la de Santiago Maldonado».
La postura de la ministra de educación porteña
Desde el gobierno porteño, la ministra de Educación, Soledad Acuña, defiende la reforma educativa, que en una primera instancia se implementaría en 17 establecimientos el año próximo como primer paso, antes de aplicarla en todas las secundarias de la Ciudad de Buenos Aires.
La funcionaria, si bien reconoce que las prácticas en las empresas serían obligatorias como «parte de la formación» de los alumnos, argumenta que ese punto no es el más importante del plan promovido. Resalta que la reforma educativa implicaría también el abandono de las evaluaciones numéricas, la incorporación de nuevas tecnologías al proceso pedagógico y un sistema de promoción que reduciría a un mínimo el riesgo de repitencia, desalentando la deserción escolar.