María Cash desapareció el 8 de julio de 2011 y desde entonces no se sabe nada de ella. A mediados de octubre de este año, la familia de la joven se reunió con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, el fiscal del caso, Eduardo Villalba y se decidió que se iba a rastrillar la zona donde se perdió el rastro de la joven.
El procedimiento se realizó en la provincia de Salta, más precisamente frente a un santuario de la Difunta Correa cerca de Palomitas, un pequeño pueblo de pocos habitantes. El equipo de búsqueda incluyó a distintas fuerzas de seguridad, perros rastreadores, drones y georradares.
Durante la primera jornada encontraron huesos de animales en tanques australianos. Cada resto óseo fue analizado por un antropólogo del equipo del Sistema de Búsqueda Federal de Personas Desaparecidas y Extraviadas (SIFEBU), a cargo de Leticia Risco.
En el segundo día, ampliaron la zona de búsqueda y encontraron una cruz que podía ser una pista para los investigadores, pero después se confirmó que correspondía a un recuerdo abandonado que dejaron familiares de un camionero que murió en la ruta a modo de homenaje.
Encontraron también ropa quemada, pero los investigadores no consideran que sea importante ni determinante para este caso.
Todos estos descubrimientos fueron el resultado de este operativo, que resultó una decepción por no hallar nada relevante para el caso de desaparición de Cash. De todos modos, el cuerpo operativo aseguró que «dejar de buscar no es una opción».
Si bien no se descarta la posibilidad de encontrarla con vida, se estima que hay una alta posibilidad de que el cuerpo de la joven esté dentro del área que registraron.