Desde nuestra querida Junín, el panorama de destinos argentinos para visitar se abre como un abanico de opciones que parece increíble que estén tan cerca. Si bien nuestro país es inmenso, tiene todos los posibles paisajes y podríamos recorrerlo de punta a punta, podemos empezar por las bellezas que tenemos a nuestro alrededor.
¿Por qué limitarse a destinos lejanos cuando a menos de 600 kilómetros tenemos experiencias que pueden transformar cualquier fin de semana?
Desde nuestra zona podemos acceder fácilmente a paisajes que van desde la costa atlántica hasta las sierras, pasando por ciudades con historia y reservas naturales que no dejan de sorprendernos.
La costa que funciona todo el año
La muy famosa Pinamar, por dar un ejemplo, se convirtió en algo así como el referente del turismo costero inteligente, para el cual es muy fácil conseguir pasajes en micro. A 560 kilómetros de Junín, este lugar demuestra que las vacaciones de playa no necesariamente se limitan al veraneo. Sus bosques de pinos actúan como protección natural del viento invernal, generando microclimas que permiten disfrutar caminatas, cabalgatas y deportes durante las cuatro estaciones.
El secreto mejor guardado de Pinamar está en su versatilidad. Los médanos de arena ofrecen aventuras en cuatriciclo mientras que sus tres campos de golf figuran entre los mejores del país.
La propuesta gastronómica, por su parte, evolucionó hacia una oferta sofisticada que incluye cervezas artesanales locales y platos de autor que aprovechan productos del mar. ¡Porque no hay vacaciones sin comida rica!
Y cerca de allí, para aprovechar más aún el viaje, siempre está Mar del Plata, que mantiene su vigencia como capital gastronómica de la costa atlántica. Sus corredores culinarios y terrazas funcionan durante todo el año, ofreciendo pescados y mariscos frescos en un ambiente que mezcla tradición portuaria con modernidad.
Sierras y naturaleza accesibles
Sierra de la Ventana, a 515 kilómetros de nuestra ciudad, representa la única formación montañosa que atraviesa la llanura pampeana. El Cerro Tres Picos, con sus 1.239 metros, ofrece trekking para todos los niveles y vistas panorámicas que justifican el viaje.
El sistema de Ventania esconde pueblos como Villa Ventana y Saldungaray, donde el tiempo transcurre a ritmo serrano. Las propuestas van desde cabalgatas hasta recorridos por antiguas minas de la zona. Representa una Argentina geológicamente fascinante que pocos conocen.
Tandil -a 410 kilómetros de acá, también hacia el sur- resulta más accesible y familiar, combinando sierras suaves con propuesta gastronómica centrada en productos regionales. Sus quesos y embutidos artesanales, más las cervecerías locales, convirtieron a esta ciudad en destino gourmet inesperado.
Ciudades con historias particulares
El corredor del río Uruguay guarda tesoros como Colón, en Entre Ríos, a 455 kilómetros al noreste de Junín. En Colón, termas naturales se combinan con bodegas familiares y el Parque Nacional El Palmar, conformado por más de 8500 hectáreas de pura naturaleza. La isla Caridad y el Molino Forclaz suman elementos históricos a un paisaje fluvial único en la región.
Por otro lado (más en nuestra zona, a 170km) está Mercedes, en el corazón bonaerense. Sorprende con su casco histórico preservado y cercanía a estancias que ofrecen experiencias de turismo rural auténtico. La arquitectura colonial y festivales folclóricos locales muestran una faceta menos conocida del patrimonio provincial.
Pueblos que mantienen la autenticidad
Tapalqué (a 250 km de acá) no es tan conocido pero funciona por su autenticidad pura. El arroyo homónimo, los bañados y la tranquilidad del campo pampeano crean ambiente ideal para desconectarse sin alejarse demasiado. Las estancias de la zona ofrecen actividades que van desde pesca deportiva hasta observación de aves.
También está Guaminí (un poco más lejos, a 355km) y su complejo de lagunas «Las Encadenadas del Oeste» representan la Argentina lacustre menos publicitada pero igual de atractiva. Los pejerreyes abundan, las playas de arena fina invitan al descanso y la infraestructura turística se mantiene en escala humana.
El turismo de proximidad como oportunidad
Estos destinos próximos demuestran que el turismo nacional no necesita grandes desplazamientos para ofrecer experiencias memorables. La clave está en cambiar la perspectiva: se trata de valorar la diversidad paisajística y cultural que existe a pocas horas.
El turismo de proximidad no limita, sino que abre oportunidades de conocer profundamente el territorio propio. Cada destino tiene historias, sabores y paisajes únicos esperando ser descubiertos. La Argentina cercana resulta, muchas veces, más sorprendente que los destinos lejanos.