Un hombre que vive en Santiago del Estero se acercó a Plaza de Mayo para realizar una oración que llamó la atención de algunos transeúntes y de la policía. El hombre apoyó un pedazo de cartón en el piso frente a la Casa de Gobierno, se arrodilló y comenzó a rezar.
Dos policías que custodiaban la casa de Gobierno se acercaron y le pidieron el documento. Además, le revisaron el bolso que llevaba con él. Es que querían confirmar que no sea peligroso para terceros ni para sí mismo.
«Dios me mandó a rezar acá», les dijo a los efectivos y les confirmó que no demoraría más de 15 minutos.
El hombre estuvo en una incómoda posición durante poco más del tiempo estimado bajo el sol en el momento en que la sensación térmica llegó a los 38°.