Los familiares de Candela Bonaldi Martínez y Eliana Benítez, que el viernes pasado murieron al volcar el auto en el que viajaban en las afueras de la capital cordobesa, vivieron un horroroso momento por un error de la empresa fúnebre a cargo del velatorio de ambas que confundió los féretros.
Las dos jóvenes, de 21 años, fueron dos de las tres víctimas fatales que tuvo un accidente de auto ocurrido en la avenida Circunvalación, a la altura del barrio Hogar Clase Media, en la zona noreste de Córdoba capital. Otros tres jóvenes sufrieron graves heridas.
Las familias decidieron velarlas en la misma casa velatoria, aunque en horarios diferentes para luego trasladarlas a diferentes cementerios. El velatorio de Eliana era de 10 a 13 y el de Candela empezaba a las 13 y finalizaba a las 15 horas.
La hermana de Eliana, Nadia fue quien debió ir a la morgue y retirar sus pertenencias . “En la morgue me dijeron que el cuerpo de mi hermana estaba bien, que no hacía falta reconocerla porque íbamos a poder velarla a cajón abierto. En el lugar, me dieron su documento, sus pertenencias, y yo sabía que era mi hermana”, relató al sitio Vía Córdoba.
Sin embargo, horas después la llamaron de la empresa funeraria para avisarle que el cuerpo de su hermana «estaba muy golpeado y que sugerían que (el velatorio) fuera a cajón cerrado». Nadia contó que le pidieron verla. «Nos dijeron que podía entrar una sola persona a reconocerla, sólo 30 minutos”. El padre ingresó y confirmó que se trataba del cuerpo de Eliana.
Poco antes de finalizar el primer velatorio, los familiares de Benítez se acercaron a darle el pésame a los Bonaldi y en ese momento, la madre de Candela les expresó sus dudas sobre a quién le pertenecía el cuerpo que estaba en el cajón.
«Cuando nos acercamos, la madre de Cande nos pregunta si Eli usaba anillos. Ellos no habían podido ver el cuerpo. Pero abrieron el cajón, le tocaron la mano y vieron los anillos. Cande tenía un tatuaje en uno de sus brazos que la madre no se lo vio, y tampoco usaba anillos. Yo en el momento le dije que no, que estaba confundida, que mi papá había visto y era mi hermana quien estaba en el cajón”, contó la joven a La Voz.
Cuando lo abrió se dio cuenta que la empresa Caruso, a cargo del servicio fúnebre, había confundido los féretros. En el momento en que se dieron cuenta la familia de Eliana ya estaba enterrando el ataúd en el cementerio con el cuerpo de Candela.
«La velamos a cajón cerrado. Estuve una hora llorando sobre el supuesto cajón de mi hermana», comentó Nadia Benítez. Ambas familias adelantaron iniciarán acciones legales contra la empresa.
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