Uno de cada diez argentinos padece hambre y un 22% reconoce que se vio forzado a reducir su dieta debido a apremios económicos, según un informe que la Universidad Católica Argentina le entregó al presidente electo, Alberto Fernández.
Se trata de una encuesta elaborada por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, que sostiene que en el tercer trimestre de 2019 el 9,3% de la población urbana sufrió «inseguridad alimentaria severa», términos con el que la institución define al hecho de haber experimentado situaciones de hambre porque no hubo suficiente dinero para comprar alimentos en los últimos 12 meses.
En tanto, el estudio determinó que el 22,2% sufrió de «inseguridad alimentaria total», una situación que se da por «haber reducido las porciones de comida de sus componentes por motivos económicos» en los últimos doce meses.
Este trabajo fue presentado por el titular del Observatorio, Agustín Salvia, al presidente electo Alberto Fernández durante la primera reunión del Consejo de Lucha contra el Hambre que promueve el exjefe de Gabinete como una de las prioridades de su gestión.
El informe marca, al igual que otras estadísticas, que los menores de edad son los más castigados: el 14,1% pasó hambre en el último tiempo, mientras que el 30,1% aseguró que tuvo que reducir la ingesta de alimentos por la situación económica.
De acuerdo al informe, todas las variables empeoraron en el último año: el número de personas con hambre pasó del 7,9% al 9,3%, mientras que la cantidad de personas obligadas a reducir la ingesta de alimentos saltó del 20,2 al 22,2%.
El trabajo también reveló que en el Conurbano se registran los mayores niveles de hambre: el 11,3% de las personas dijo haber pasado hambre, mientras que el 27,4% estuvo expuesta a situaciones de «inseguridad alimentaria».