Con un incremento del 23%, comenzó a regir el nuevo cuadro tarifario en el servicio de AySA. En total, la tarifa del agua aumentó un 320% desde 2016.
La suba se suma a los incrementos de la luz en febrero y marzo y del gas en abril. Las entidades defensoras de consumidores cuestionaron este nuevo incremento al sostener que el agua es un servicio esencial que no puede estar sujeto a los valores de mercado.
Además, el Gobierno pretende avanzar en un cambio en el sistema de medición del servicio de AySA: desde la cuota fija actual ligada a las características catastrales hacia la medición del consumo.
Según publica Página 12, la empresa ya se puso plazos para completar la instalación de medidores en el sector no residencial. En tanto, el sector residencial deberá esperar algún tiempo más para este cambio.
El objetivo es controlar el derroche de agua y solucionar los problemas de la facturación de agua como es el caso de los inmuebles de grandes dimensiones con muy bajo nivel de consumo, por ejemplo las cocheras y estacionamientos.
AySA propone establecer un único cargo fijo para todo tipo de usuarios de $87 por bimestre más IVA por cada servicio (agua y cloacas), de modo que la porción fija de la boleta se ubicaría en unos $220.
La firma justifica el aumento tarifario del 23% con respecto a los valores actuales a partir de la necesidad de cubrirse frente a una inflación del 17%, según la previsión del Banco Central, más un 6% adicional destinado a la inversión en la expansión del servicio.