Israel Damonte quería despedirse con un triunfo que cortara la sequía, pero no pudo ser. En su última vez al frente del equipo, Sarmiento continuó con la misma tónica: dentro de un partido malo, aburrido por parte de los dos, el conjunto de Junín se quedó en apenas intenciones que chocaron contra las malas ejecuciones. En un duelo enmarcado en la pelea por engrosar el promedio del descenso, el Verde le bajó al cortina a su participación en la Liga Profesional con siete encuentros al hilo sin triunfos y apenas un gol anotado en esa cantidad.
Al Taladro los números le muestran una mejor cara porque señalan que lleva media docena de cmpromisos sin caídas, aunque tres fueron empates. Y en lo que al juego respecta, lo de ayer fue pobre, pobrísimo.
Fue un desarrollo enmarcado en las imprecisiones. El típico en el que la lucha sobresale por sobre las ideas. Poco y nada de inventiva, con movimientos predecibles, prácticamente sin acciones de calidad en lo asociado ni en lo indivudual. Les costaba pisar las áreas.
El Verde fue algo más
Sarmiento, al menos en el primer tiempo, tuvo más ambición que su rival. Generó algunas aproximaciones y escasas llegadas con centros. Su jugador más inquietante fue Javier Toledo, con un par de intentos que se fueron desviados y el travesaño que le dio la espalda: le devolvió un cabezazo. Pero esa jugada, la más peligrosa del partido, ya fue en el ST, cuando el Taladro se había animado un poco más.
Jugaron mal los dos y el cero fue el mejor reflejo. Les cuesta mucho, no les sobra nada. Y se nota. Bastante.
Foto para Junin24, Gustavo Zapata