Con llamados a «cuidar la unidad», el Frente de Todos profundiza el diálogo con encuentros «institucionales y reservados» de sus principales referentes mientras busca centrar los esfuerzos en la lucha contra la inflación, al tiempo que sectores sindicales y sociales que integran la coalición preparan marchas contra los remarcadores de precios.
En escenario local y global que la portavoz de la Presidencia definió como «complejo», caracterizado por el impacto de la guerra más las presiones de ciertos grupos concentrados para direccionar la política económica, el presidente Alberto Fernández envió este viernes un mensaje con un destinatario especial: los especuladores.
Desde el Salón de las Mujeres Argentinas de la Casa Rosada, el Presidente disparó: «A los que especulan, a los que quieren ganar aprovechando la incertidumbre, les aviso: si quieren probar nuestra fuerza la van a probar. Si piensan que vamos a dudar, hoy tienen la prueba que lo haremos y vamos a seguir con lo que estamos haciendo».
La titular de la cartera de Salud, Carla Vizzotti, que lo acompañaba en el acto, fue testigo privilegiado de la arenga en la que el jefe de Estado aseguró que el Gobierno estaba preparado para «poner el pecho y dar las peleas» necesarias para defender «los derechos de los argentinos».
En el auditorio no había militancia, sino médicos, personal sanitario y pacientes que participaron de la promulgación de las leyes de VIH, Hepatitis Virales, Tuberculosis e Infecciones de Transmisión Sexual y de Oncopediatría, pero el jefe de Estado continuó con un mensaje dirigido a un grupo específico, quienes especulan con los precios.
«El Gobierno está dispuesto a dar las peleas que haya que dar para que la gente no tenga que resignar derechos», insistió luego Fernández, y en el mismo sentido remató: «No hay tiempo para la especulación».
Con ese mensaje retomó alguno de los acuerdos trazados por las máximas instancias del FdT en la reciente saga de reuniones «reservadas» que comenzaron hace diez días y de las que solo se filtraron detalles menores, a partir de la cena en Olivos de un lunes por la noche: el objetivo central, con distintos roles, es frenar la inflación.
Ante esa máxima, el peronismo vuelve a una de sus clásicas recetas: ganar la calle. Así como nació el peronismo con una movilización espontánea que colmó Plaza de Mayo el 17 de octubre de 1945 en reclamo de la libertad del entonces secretario de Trabajo y Previsión, ahora serán las columnas de la CGT, la CTA y varios movimientos sociales las que salgan a las calles a alzar su voz. En principio, los reclamos apuntarán contra los empresarios formadores de precios.
Esta iniciativa está en línea con la nueva etapa del FdT, a la que la portavoz de la Presidencia Gabriela Cerruti calificó como de «diálogo institucional, reservado y permanente», mientras que las peleas públicas parecen archivadas o en stand-by, y las diferencias y los matices se reservan para las charlas mano a mano.
Todo está alineado para concentrar las energías contra las presiones de aquellos grupos que se oponen activamente al modelo que representa la coalición oficialista, luego de una pandemia y en el contexto de una guerra que está afectando al mundo entero.
Sectores sindicales
En ese contexto, la mesa chica de la CGT reapareció esta semana para proponer al consejo directivo de la central obrera que se realice una movilización el 17 de agosto próximo desde el Obelisco hacia la Plaza Congreso: la consigna es «en rechazo a la inflación».
Al respecto, el cosecretario de la CGT, Héctor Daer, señaló que «es un escenario de una complejidad muy grande, que no tiene muchos antecedentes en los libros de economía o política, donde en un país como la Argentina, se suceden endeudamiento histórico, pandemia y una guerra a nivel mundial».
«Pero si no armonizamos entre todos los sectores el momento en que estamos viviendo, todo se va a poner cada vez más difícil, con especulaciones a la orden del día», advirtió el dirigente de Sanidad y uno de los titulares de la CGT.
Sin vueltas, el titular de la CTA de los Trabajadores y diputado nacional, Hugo Yasky, consideró que «hay que iniciar un proceso de movilizaciones para que el pueblo en la calle sea protagonista de una agenda que contemple una respuesta para lograr salir de esta situación con más democracia, más distribución y justicia social, y no con más ajuste».
«Estamos en medio de un ataque especulativo de sectores que quieren desestabilizar al Gobierno y que golpean en la fragilidad de la situación económica que se ve favorecida por lo que está pasando en el mundo, con la guerra y el aumento de precios. Hay que parar las maniobras especulativas», exhortó el legislador y gremialista.
Con la fuerza de las centrales obreras activada, las distintas corrientes que confluyen en el FdT celebraron la nueva etapa de diálogo.
Palabra de la portavoz presidencial
Para Cerruti, la situación que vive el FdT en estas semanas es de una «sensación de calma, de serenidad» y valoró que en las filas internas de la coalición se haya recuperado «el diálogo», en particular en sus principales instancias.
Sobre la marcha de la gestión oficial, la funcionaria señaló este sábado que la administración se caracteriza por «dialogar», «trabajar» y «gestionar» en un momento muy complejo de la Argentina pero también a nivel global.
«Tenemos que manejar muchísima serenidad porque la situación es muy compleja en un mundo donde la economía va a empeorar, según dicen los propios europeos que esperan que lo peor llegue en el invierno de ellos», vaticinó.
Así también lo destacaron desde el Frente Renovador, que se reunió este viernes en el municipio bonaerense de San Fernando, donde sus principales dirigentes -entre ellos el titular de la Cámara de Diputados Sergio Massa- bregaron por «fortalecer la gestión, construir soluciones a los problemas y cuidar la unidad».