“Yo estaba trabajando. En mi casa estaban mi nuera y mi nene durmiendo. Forzaron la puerta con la moto y se llevaron un parlante. Y no es la primera vez que nos roban. Hace un mes me llevaron dos televisores”. Es el relato de Soledad, víctima nuevamente de un ilícito. Cabe señalar que la vivienda se encuentra ubicada a 100 metros de la Escuela 21, sobre calle Payan. “Se meten con los laburadores” agrega, resignada. “La policía vino, hablé con ellos, les expliqué. Pero dicen que no puede hacer nada”. Y en la mañana de este lunes, “cuando se iban cascotearon la casa cuando vieron que el nene se asomó”.
“La verdad es que estoy cansada. Yo trabajo en el relleno sanitario abriendo bolsitas y juntando cartones. Las cosas me cuestan. Soy la única que banca la casa”.
En el robo anterior “fui. Hice la denuncia, dije quién había sido el que me robó y no hacen nada. Y entonces me dicen, anda a hablar con la fiscal. Pero no puedo porque trabajo. Gano por día y si no voy no comemos. Es lamentable pero es así. Es una situación difícil por la que estoy pasando. Yo lo único que pido es que alguien haga algo” reclama Soledad. Y en medio de su angustia y resignación pidió que “si alguien tiene una reja para poner al frente, se lo voy a agradecer porque no tengo para comprar y reponer la puerta que me rompieron. O que me la den a pagar así yo puedo ir a trabajar”.
