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Este viernes se hizo justicia, y la impartió un jurado popular

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El día había sido muy intenso. O mejor dicho, los últimos tres días fueron muy intensos.Una sala del sexto piso del Palacio de Tribunales que en cada una de las jornadas -miércoles, jueves y viernes- tuvo como pocas veces, sus butacas ocupadas, por momentos a pleno.Familiares y amigos de Marcelo Torres, con sus remeras blancas y al frente impreso el rostro del hombre que no está, aquel que fue asesinado el 27 de octubre de 2020, Marcelo Alejandro Torres.

Entre ellos sus hijos, los que no faltaron un minuto, a quienes las lágrimas les rodaban por las mejillas aun tratando de entender. Intentando que alguien les explique porqué ya no habrá domingos compartidos, menos aún partidos de fútbol, reuniones familiares, charlas ni abrazos.Funcionarios del Departamento Judicial Junín, entre ellos defensores oficiales, fiscales, instructores siguiendo mientras la actividad se los permitía, el paso a paso de las audiencias de debate.

De cara a la magistrada, por un lado la fiscal de juicio, Dra. Paola Luján junto a su equipo incondicional de trabajo, los doctores juliana Monguillot, Eliana Peñiñores y Juan Pablo Lacarbonaro. Al grupo se sumaba el Dr. Fernando Ojeda, representante del particular damnificado.A pocos metros de distancia, el Dr. Leopoldo Singla, defensor oficial y representante en el juicio, del imputado Gustavo Damián Arrieta, ubicado a su lado. También el Dr. Mauricio Muñoz, abogado particular de Vilma Verón.Yendo y viniendo, todo el equipo de trabajo del Tribunal Criminal Oral 1. Atentos a que nada estuviera fuera de lugar. Asistiendo a los integrantes del jurado popular. Ocupados para que el equipo de sonido funcionara más allá de las dificultades que se subsanaron minuto a minuto.

No faltaron los estudiantes de la carrera de abogacía ávidos por ver cómo se desarrollaba un debate oral que tenía como agregado el de la presencia de 18 ciudadanos comunes, ciudadanos de a pie que dijeron sí a la cita.En sus manos estaba el destino de Vilma Verón y Gustavo Damián Arrieta. La pareja que aquella madrugada de martes luego de herir mortalmente a Marcelo, se fueron del Parque Ecológico llevándose las llaves del Renault Clío y el teléfono celular de la víctima.Posiblemente nada podría haberlo alejado de la muerte, pero tampoco dieron la oportunidad de saber si Marcelo Torres hubiera alcanzado a pedir ayuda llamando a alguien ni tampoco la opción de intentar poner en marcha el auto.

Murió desangrado por la herida de arma blanca que Arrieta le asestó en el cuello seccionándole la yugular.Sentados en el lateral derecho de la sala, dos ciudadanos. Seis hombres y seis mujeres y todo el peso sobre sus espaldas. Debían resolver si frente a ellos, en el banquillo de los acusados, Verón y Arrieta habían cometido un homicidio agravado por alevosía y para ella además, por el vínculo.

Muy cerca, en la primera hilera de butacas, otras seis personas que habían sido seleccionadas como jurado suplente.Presidiendo la sala, la jueza, Dra. Karina Piegari, integrante del Tribunal Criminal Oral 1 juto a su secretario, el Dr. juan Pablo Tomasino.El movimiento que generó el juicio oral que se iba a ventilar fue atípico. Si bien era la tercera vez que se celebraba en el Departamento Judicial Junín un debate con jurado popular, ninguno de los anteriores adquirió tal envergadura.Y el broche al final de la noche de viernes, cuando después de una hora quince minutos de debate, los integrantes del jurado habían tomado una decisión.

Sólo faltaba dar a conocer el veredicto.Ingresaron en la sala cuando ya la ansiedad se elevaba al máximo. Y en el silencio generalizado, la lectura del veredicto. Gustavo Damián Arrieta era encontrado culpable de homicidio agravado por alevosía. Vilma Verón, homicidio agravado por alevosía y por el vínculo.No volaba una mosca en el recinto. No hubo festejos, ni gritos de tensión contenida. Sólo algún sollozo que por prudencia no giramos para ver el rostro de quién reaccionaba con lágrimas, aunque era obvio suponerlo.Después, se retiraría del recinto el jurado popular. El público de pie y un aplauso que comenzó tímidamente pero se sintió en lo más profundo.

Arrieta y Verón fueron retirados de la sala por el personal de seguridad que, a no olvidarlo, se mantuvo durante las tres jornadas de debate de pie, atento al desarrollo no ya del contenido del debate pero sí a la seguridad.Los abrazos entre los integrantes del equipo de trabajo de la fiscalía, el de la Dra. Luján y el Dr. Ojeda. Todos habían perseguido un objetivo común, la condena a los autores de la muerte de Marcelo Torres.

Se había conseguido.Doce ciudadanos de a pie, se habían puesto de acuerdo. Habían fallado en forma unánime.Y no se puede no mencionar el momento en el que dignamente, se acercó el Dr. Leopoldo Singla .-defensor de Arrieta-, a felicitar a la Dra. Paola Luján.Por ahí, se podría decir que faltaba una figura. Un hombre que fue uno de los que hizo posible que anoche, se hiciera justicia. El Dr. Sergio Terrón, el fiscal que aquel martes 20 de octubre de 2020, pasadas las nueve de la mañana, por ser aquella jornada el fiscal de turno, estaba en el Parque Ecológico, comenzando a dirigir la investigación para la que contó con el incansable trabajo de la DDI Junín.

Las pruebas colectadas, las pesquisas, la suma de pruebas, el análisis de cámaras de seguridad, el estudio de las llamadas telefónicas, los rastrillajes intentando dar con el arma homicida, las llaves del auto de Torres, su teléfono celular.Ya habrá tiempo para avanzar sobre la crónica de la última jornada, los alegatos pronunciados, la palabra de la fiscal y del Dr. Ojeda. Hoy, definitivamente se pudo demostrar que cuando se quiere se puede. Hoy, se hizo justicia y la impartió un jurado popular.

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