La elaboración de bebidas retrocedió 7,3% en los primeros siete meses del año y alcanzará el menor volumen en quince años como consecuencia de que el consumo total se contrajo 9,3% en el período, de acuerdo a un informe difundido hoy por la consultora de Investigaciones Económicas Sociales (IES).
Por el contrario, las exportaciones del sector registraron una fuerte suba de 18,3% en volúmenes, aunque en montos totalizaron US$ 542 millones con una caída del 1,5%, mientras que las importaciones se derrumbaron 51,6% en cantidades, destacó el reporte.
En el acumulado de siete meses, las exportaciones de bebidas totalizaron US$ 542 millones, con una caída de 1,5% con respecto a igual período de 2018 mientras que en cantidades, los despachos crecieron 18,3%, al totalizar 259,9 millones de litros.
En lo que va de 2019, el vino fue el principal componente de la canasta exportadora, con 80% del valor exportado por el sector bebidas.
El segundo componente han sido los mostos de uva, que representaron el 13,6% en este período, y que, junto con los vinos, sumaron una participación del 93,6% de las exportaciones de bebidas.
Con respecto a las importaciones de bebidas, en el mismo período acumulado, llegaron a los US$ 49,2 millones, con una baja de interanual del 43,6%, mientras que en volúmenes cayeron 51,6% con 30,5 millones de litros.
Para el director de IES Consultores, Alejandro Ovando, «la devaluación del peso favorecerá las exportaciones, ya que mejora la competitividad externa, por lo que prevemos una evolución en la exportación de vinos fraccionados».
En el actual contexto macroeconómico, el informe consideró que las perspectivas para el sector de bebidas «son desalentadoras desde el punto de vista del mercado interno en 2019″, ya que el consumo masivo no revertirá su tendencia y no podrá evitar una nueva caída por la devaluación poselecciones primarias de agosto».
«Tras verificar en 2018 el menor volumen de consumo y producción de los últimos doce años, en el acumulado a julio de 2019, el sector de bebidas se vio afectado por la caída del consumo masivo, en línea con el menor poder adquisitivo debido a la caída del salario real», analizó el trabajo del IES
En los primeros siete meses de 2019, el segmento de bebidas sin alcohol es el que exhibe la mayor contracción, coyuntura que afecta primordialmente a marcas líderes, ya que en el corriente año se reforzó el patrón que deriva consumo hacia las segundas marcas de bebidas.
Tras caer 13% entre 2015 y 2018, la elaboración de bebidas retrocedió 7,3% en los primeros siete meses de 2019, por lo que alcanzó el menor volumen en quince años como consecuencia de la menor demanda interna que, tras retroceder 4,4% en 2018, exhibió una profundización de su descenso, al caer 9,3% con sólo 33,3 millones de hectolitros.