La polémica relación entre belleza y videojuegos: ¿Los «feos» juegan más?

Un reciente estudio ha generado controversia al sugerir que las personas con menor atractivo físico dedican más tiempo a los videojuegos. Conversamos con uno de los autores, el investigador Daniel S. Hamermesh, para entender cómo se realizó la investigación y qué conclusiones se pueden extraer de estos hallazgos.

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Esta semana, un estudio publicado en el National Bureau of Economic Research ha causado revuelo al explorar la relación entre el atractivo físico y el tiempo dedicado a los videojuegos. Según los investigadores, existe una correlación entre la apariencia física y la inclinación a jugar videojuegos: las personas consideradas menos atractivas pasarían más tiempo en mundos virtuales, mientras que las personas más atractivas tienden a socializar más en la vida real.

El estudio, liderado por el profesor Daniel S. Hamermesh de la Universidad de Texas en Austin, se basa en datos recogidos de más de 20.000 adolescentes, quienes fueron evaluados por su apariencia física en una escala de cinco puntos. A lo largo del tiempo, estas personas fueron seguidas y evaluadas nuevamente en diferentes etapas de su vida, hasta superar los 30 años.

«La belleza es subjetiva, pero las personas tienden a percibir la apariencia de manera similar,» explica Hamermesh en diálogo con TN Tecno. Según el investigador, aunque la evaluación del atractivo pueda ser controversial, la mayoría de las personas coinciden en sus juicios sobre la apariencia física de los demás.

Al ser consultado sobre la metodología del estudio y las posibles controversias, Hamermesh admite que «calificar el aspecto de las personas es controversial, sin duda. Pero, aunque no lo hagamos explícitamente, los humanos evaluamos a otras personas todo el tiempo. La gente está de acuerdo, en gran medida, sobre quién es bonito y quién no.»

La investigación sugiere que el atractivo físico no ofrece ventajas en el mundo de los videojuegos, un espacio donde las habilidades prevalecen sobre la apariencia. «La naturaleza impersonal y hasta ciega de muchos videojuegos implica que ser atractivo no aporta ningún beneficio, a diferencia de lo que ocurre en otros ámbitos de la vida humana. En este sentido, ser feo tampoco supone una desventaja,» sostiene Hamermesh.

El estudio completo está disponible en inglés y también fue realizado en colaboración con investigadores de la Universidad de Reading, la Universidad de Stirling, la Universidad de Hong Kong y la Universidad de Zhejiang.

Este trabajo abre un debate sobre cómo los estereotipos de belleza influyen en diferentes aspectos de la vida y plantea preguntas incómodas sobre los prejuicios que aún persisten en la sociedad.

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