Diego Maximiliano Macri tiene 41, y el 21 de abril fue el protagonista de una noticia por haberse llevado el termómetro de un gimnasio de nuestra ciudad, el cual se utiliza para tomar la temperatura a los asistentes.
De acuerdo a los datos aportados en ese momento, personal del centro de Monitoreo y efectivos policiales comenzaron a buscar al individuo el cual fue interceptado minutos después y en su poder se encontró el termómetro.
Días después, una mujer envió un correo electrónico a Junín24, y nos contó esta historia.
«El es Diego, un hombre de 41 años el cual habla inglés a la perfección, con solo cuatro materias se recibe de contador. ( Carrera que abandonó) solidario como pocos.( Se puede quedar sin comer por darle a quien no tiene) excelente padre de un niño de 6 años. Ustedes dirán: esta mujer habla de alguien diferente. Pero no.
Como muchos argentinos en el año pasado por esta pandemia perdió todo, y cuando digo todo es todo. Y la siguió peleando. Intentó de todo para salir adelante y darle a su familia al menos una alimentación digna. Pero no lo logró.
Él, así como lo ven en la foto o el vídeo, ayudó a muchos chicos a dejar el consumo problemático de sustancias, dando hasta lo que no tenia por el bienestar de esos chicos. Dio de comer a muchos niños en un barrio de una ciudad de Entre Ríos y hasta le consiguió alimentos especiales a un bebé de dos años que padece una enfermedad que le va destruyendo las neuronas.
Como dije antes, la pandemia lo dejó sin nada por seguir apostando y por no dejar a un grupo de chicos en la calle sin tratamiento porque no podían pagar. Busco todo para salir de ese pozo pero obviamente, no todos saben dar una mano al que necesita. Y así su ánimo y sus ganas se fueron perdiendo.
Llegó a estar muy deprimido y terminó con un desequilibrio psicológico y psiquiátrico el cual lo alejó de su familia. El no es un delincuente, no es un linyera ni nada de eso. El es un hombre que dio todo por el prójimo y hoy nadie lo ayuda.
Llegó a Junín después de hacer dedo ya que en el pueblo donde vivía junto a su familia no podía estar ya que la policía lo perseguía. Su esposa, fue a pedir ayuda para el y la orientaron mal y lo denunciaron por violencia cuando en realidad solo lo querían ayudar. Hoy ella llora todos los días porque no puede estar a su lado para ayudarlo. No es cierto que tenía deudas con la justicia en Buenos Aires. Jamás tuvo un antecedente. Pero lamentablemente la policía hace y dice lo que quiere.
Solo quería contarles que hoy está en situación de calle porque la justicia no les permite a él y su familia acercarse. El necesita ayuda y contención y se la prohíben. En el hospital le dieron tratamiento psiquiátrico. Pero no tiene donde vivir ya que su único hogar está con su mujer su hijo y su madre y hoy la justicia no los deja estar juntos porque no supieron diferenciar un pedido de ayuda con una denuncia por violencia de género.
Yo quería contarles la verdad de la historia. Porque a veces ustedes los periodistas solo se quedan con una parte. Cuando a veces si buscan un poco más verían como es la verdadera historia. No sé si lo leerán. Pero al menos lo intente.
Desde ya muchas gracias y perdón por la molestia», finalizó.
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