El secretario general de La CTA, Pablo Micheli, fue consultado en el día de hoy sobre su mirada en torno a la situación política y económica del país luego de las últimas medidas que se fueron anunciando desde el gobierno nacional. Al respecto, el líder sindical aseguró que “El FMI sigue manejando la economía, diagramando cada medida. Guzmán y Batakis prepararon el terreno, dieron las malas noticias, y Massa no hizo más que venir a cumplir con lo ya acordado con el Fondo”.
En este escenario, consideró que “Se están haciendo demasiados gestos hacia los sectores más concentrados de poder, que son los mismos que no dudan en actuar en contra de los intereses de la Patria cada vez que sus bolsillos pueden tener menos ganancias, ni siquiera pérdidas. Son los que especulan y no liquidan las cosechas, los que aumentan los precios de los alimentos por las dudas, los que aplican tarifazos mientras los servicios funcionan cada vez peor. Sin embargo, se los mima, se les ofrece dólar soja, dólar industrial. Mientras, las y los trabajadores seguimos esperando la renta básica universal, el aumento salarial, la suma fija que equipare la pérdida que hemos tenido en los últimos años, desde el macrismo en adelante, que supera holgadamente el 20% en privados y el 27% en estatales, ni hablar en las jubilaciones. ¿Deberíamos plantear un “dólar salario” para ver si desde el gobierno se dignan a hacer un gesto en este sentido hacia las y los trabajadores?”, se preguntó irónicamente.
En relación con esto, Micheli auguró un panorama complicado para el Frente de Todos de cara a las elecciones del 2023. “La ultraderecha está a la vuelta de la esquina, quiso matar a Cristina, no va a tener piedad por nada ni por nadie. No entiendo la falta de reacción sindical, particularmente de algunos de los dirigentes que están viendo otra película. Deberíamos estar en unidad de acción reclamando la situación que están viviendo desde el que hace changas hasta el que tiene un salario formal, defendiendo la democracia y repudiando en las calles la violencia impune en manos de sectores que, al estilo de Bolsonaro, profesan el odio como estrategia de campaña. Con visitas a la embajada estadounidense la gente no llega a fin de mes, y que haya dirigentes que miren para otro lado no quiere decir que las y los trabajadores estén conformes, felices, y esa infelicidad, amargura, frustración se va a depositar en las urnas el año que viene, y ahí ya no va a haber tiempo de revertir nada, nos saquean el país en cuestión de instantes”.