“Como no encuentro otra forma y otros medios necesito hacer público está situación que cada día nos está matando psicológicamente”.
Lo referido tiene relación con una denuncia efectuada en redes y que involucra fundamentalmente a una mujer, efectivo policial, y su hija, menor de edad que además tiene una discapacidad –retraso madurativo-.
Vale remarcar que lo expuesto en redes ya tiene que ver y forma parte de denuncias asentadas ante quienes corresponde –Comisaría de la Mujer y la Familia, Ministerio Público Fiscal y Juzgado de Familia 2.
Más aún, sobre la madre de la menor, funcionaria de seguridad, pesa una medida cautelar indicada por el Juzgado de Familia 2 desde el 30 de enero del corriente y que finaliza en agosto, por cese de molestias, prohibición de acercamiento y acceso a la vivienda”, que no fueron acatadas.
Aun así, la sindicada continúa cumpliendo funciones en una dependencia policial aunque sobre ella pesaría un arresto domiciliario con salidas laborales. Esa posibilidad de trabajo le permitiría actuar, por ejemplo, en cuestiones de inseguridad o hechos donde se actúa sobre denuncias similares a la que le toca vivir pero “del otro lado del mostrador”.
LOS HECHOS DENUNCIADOS
Para entender de qué se habla, habría que explicar que en la justicia se tramita al menos una causa que da cuenta de la vida de una menor de edad, hoy adolescente, víctima de mal trato y abusos desde los 4 años aproximadamente y que la principal sindicada es su madre.
Tanto en redes como ante las autoridades, hay una desoladora descripción de la vida que hasta poco antes de los 15 años padeció la menor que hoy tiene la imperiosa necesidad de respuestas que le permitan tener una vida lo más próxima a la normalidad. Se habla de mal trato, abusos sexuales reiterados y prolongados en el tiempo.
Habría sido la menor quien con “coraje se pudo escapar” del calvario y en la actualidad convive con su padre y pareja del mismo pero seguiría siendo objeto de acoso y persecución por parte de su madre.
Públicamente, el reclamo hoy está centrado en que “la justicia no hace nada cuando resulta ser la progenitora abusando de su propia hija y permitiendo que su marido abuse junto con ella. Estamos cansados de esperar”, insisten.
Para luego explicar que la madre sindicada en la actualidad tiene un “arresto domiciliario con salida laboral, cuando tendría que estar presa junto con su marido. Ya le sacaron dos hijos por maltrato físico y psicológico”.
Con respecto al presente de la hoy adolescente, aclaran que está “muy afectada. La llaman constantemente con número privado, amenazándola. No quiero que aparezca muerta cuando estamos pidiendo ayuda”.
LA ÚLTIMA DENUNCIA
Una nueva presentación se realizó el 4 de julio próximo pasado, en la Comisaría de la Mujer y la Familia.
En ella queda asentado que “la madre ha desoído la medida –cautelar- , la llamaba constantemente por número privado hasta hace unos 20 días que la menor perdió su teléfono celular”.
Remarca la denunciante que “el viernes 1 del corriente siendo las 12 aproximadamente estábamos en mi casa –con el papá de la menor-, momento en que vemos que estaba llorando y mirando hacia el piso por lo que le pregunté que le pasaba y muchas veces me respondió que nada. “Me dice que hace tres semanas que la venía siguiendo un auto de los nuevos, rojo, según ella marca Gol cola larga que la sigue a la escuela”.
Ahora, mientras la niña cuenta con asistencia psicológica y especial atención en el establecimiento educativo al que concurre, su familia, espera que se tomen medidas mientras se siguen preguntando cómo, una mujer, que integra las filas de la Policía puede frente a la investigación descripta, tener arresto domiciliario con salidas laborales.