El querido monje benedictino Mamerto Menapace falleció este viernes en Junín, a los 83 años, tras haber sido trasladado desde el Monasterio Santa María de Los Toldos, donde vivió la mayor parte de su vida.
Murió Mamerto Menapace, el monje benedictino que llevó la espiritualidad al corazón del pueblo
Su partida marca el adiós a una de las figuras más entrañables de la espiritualidad católica argentina.
Nacido el 24 de enero de 1942 en Malabrigo, en el norte santafesino, Menapace ingresó desde muy joven al monasterio fundado en 1948 en Los Toldos. Allí se formó como religioso, fue ordenado sacerdote en 1966 y se convirtió en una referencia indiscutida dentro de la vida monástica y el acompañamiento espiritual en Argentina y América Latina.
Fe, literatura y compromiso
A lo largo de su vida, combinó la vida religiosa con una intensa labor pastoral, educativa y literaria. Fue abad del monasterio durante dos períodos (1980-1992) y en 1995 asumió como abad presidente de la Congregación Benedictina del Cono Sur, con presencia en Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay.
Menapace escribió más de cuarenta libros, donde con un estilo llano, criollo y profundo acercó los mensajes de la Biblia al lenguaje y la cultura popular. Entre sus títulos más conocidos están Salmos criollos, La sal de la tierra, Puro cuento. Vida de monjes y la recordada serie Catequesis yerbiadas.
Su capacidad para transmitir valores con humor, sabiduría y cercanía le valió ser comparado con el cura Brochero, y su voz también llegó a la radio: fue parte del programa La Campana de LT33 Radio 9 de Julio, donde ganó popularidad con sus relatos y reflexiones. También participó en programas de alcance nacional.
En 1994 recibió el Premio Konex – Diploma al Mérito por su contribución a la literatura juvenil.
Su legado
Sus enseñanzas —marcadas por la fe, el humor, la sencillez y el compromiso social— tocaron a miles de personas dentro y fuera del ámbito religioso. Con sus retiros espirituales, conferencias y escritos, Menapace se convirtió en un puente entre la espiritualidad monástica y la gente común.
Sus restos serán velados y sepultados en el Monasterio de Los Toldos, de acuerdo con la tradición benedictina.
Con su muerte, la Iglesia argentina pierde a una figura luminosa, pero su palabra, su humor sereno y su visión de la fe seguirán presentes en cada lector, oyente o creyente que alguna vez se encontró con su mensaje.