El grounding o caminar descalzo sobre la tierra se convierte en una práctica cada vez más popular en Argentina. Solo 10 minutos diarios pueden mejorar la postura, la circulación, el estado de ánimo y contribuir a reducir el estrés y la inflamación.
Qué le pasa al cuerpo si caminás descalzo por la tierra 10 minutos al día
Caminar descalzo sobre superficies naturales como césped, arena o tierra, también conocido como grounding o earthing, se presenta como una forma sencilla de reconectar con la naturaleza y mejorar el bienestar físico y emocional. Esta práctica permite estimular los pies, mejorar la postura y favorecer la circulación sanguínea, mientras se reduce el estrés y se promueve un estado de relajación mental.
Conexión con la tierra y beneficios para la salud
Según Podología Goitia, un desequilibrio en los iones del cuerpo podría afectar la salud general. Recuperar electrones mediante el contacto con el suelo ayuda a equilibrar el organismo y potenciar la energía. En Clínica Monleon, destacan que el grounding puede reducir la inflamación, disminuir el estrés oxidativo y favorecer un sueño más reparador.
Especialistas recomiendan realizar la caminata descalza en un lugar tranquilo, enfocando la mente en el momento presente. Esta práctica de “volver al aquí y ahora” ayuda a disminuir tensiones emocionales y mejora la relajación mental, convirtiéndose en un recurso útil contra la ansiedad y el estrés diario.
Fortalecimiento y prevención de lesiones
El grounding también tiene beneficios físicos significativos. Según Clínica San Roman, caminar descalzo fortalece los pies, mejora la postura y contribuye a alinear las articulaciones, lo que protege la columna vertebral y ayuda a prevenir dolores y lesiones.
En el ámbito deportivo, Fisioterapia Enrique Sierra resalta que un patrón de marcha más natural reduce el impacto sobre tobillos y rodillas. Además, un estudio de la Universidad de California indica que caminar sobre la arena mejora la estabilidad, siendo especialmente útil para personas mayores y para la prevención de caídas.
Cómo empezar a practicar grounding
Se recomienda comenzar de manera progresiva, alternando superficies suaves y ligeramente irregulares. Con el tiempo, se notará un aumento en la sensibilidad y la fuerza de los pies, mientras el cuerpo y la mente logran una mayor conexión con el entorno natural. Solo unos minutos diarios pueden generar cambios positivos en la salud física y emocional, haciendo del grounding un hábito simple y efectivo.