Sin matrimonio, romance ni compromiso: el movimiento que redefine las relaciones de pareja

Este movimiento rechaza las uniones formales y la exclusividad, buscando liberar a las personas de los mandatos patriarcales y románticos que suelen imponer la posesión, los celos y la dependencia afectiva.

Inés, una mujer de 33 años, encontró en la agamia una forma de romper con los patrones de sus relaciones anteriores, tanto monogámicas como poligámicas. En su experiencia, los vínculos tradicionales perpetúan problemas emocionales y jerárquicos, por lo que optó por un enfoque más consciente y libre de compromisos afectivos convencionales.

¿Qué es la agamia?

El término proviene del griego «a» (sin) y «gamos» (unión o matrimonio), y se refiere a una ética relacional que rechaza las instituciones convencionales de pareja. Según la psicóloga y sexóloga Noelia Benedetto, la agamia propone relaciones no centradas en el amor romántico o la exclusividad, rompiendo con los moldes establecidos por el patriarcado.

Personas como Juan y Diana también encontraron en la agamia una respuesta a las desigualdades de género y las limitaciones que las relaciones tradicionales les imponían. Para ellos, la agamia es un posicionamiento político y social, en el que las relaciones se basan en el respeto mutuo y la libertad individual, sin depender de un molde establecido.

Agamia vs. Soltería

A diferencia de la soltería, que puede ser una fase transitoria o no deseada, la agamia es una postura radical que rechaza por completo la estructura relacional tradicional. Una persona ágama puede estar soltera, pero su enfoque es crítico hacia las relaciones convencionales, valorando la independencia y la autonomía.

Maternidad y cuidados en la agamia

Uno de los desafíos del movimiento es cómo encarar la maternidad o paternidad fuera de una pareja convencional. Los ágamos proponen un sistema de cuidado comunitario, en el que la crianza de los hijos se reparte entre varios cuidadores, evitando la posesión o la dependencia hacia un único progenitor.