Ya no saben qué hacer. Tampoco cómo cuidarse de los robos. Y están cansados. Es una familia que vive en Vuelta de Obligado al 600. El sábado por la tarde, la gota que rebalsó el vaso. Durante la tarde, uno o màs delincuentes arrancaron una reja, entraron a una habitación por la ventana y se apoderaron de un televisor TCL de 32 pulgadas.
Acotación al margen, bueno sería que si lo ofrecen, nadie lo compre. Y por ahí, conocer la historia, sensibiliza al que cree que se puede hacer de un televisor mal habido, por unas pocas monedas que es posible, el vendedor use para comprar algún tipo de estupefaciente.
UN POCO DE EMPATÌA
Si hay una palabra que de un tiempo a esta parte los argentinos hemos incorporado al lenguaje cotidiano es “empatía” (capacidad de comprender y compartir los sentimientos de los demás. La empatía nos permite ver las cosas desde la perspectiva del otro”. Es un ejercicio que debería practicarse a diario.Hoy lo hacemos con la joven que en diálogo con Junin24.
“Yo vivo en una piecita, delante de la casa de mi viejo. Le sacaron las rejas y me robaron el tele”.
Si todo hubiera sido el robo descripto, también es un dolor de cabeza. Es tener que empezar a pensar si algún día, en una economía en crisis, una trabajadora podrá reponerlo sin tener que tomar, por ejemplo, un crédito. Lo grave acá es que es la tercera vez que viven una situación de inseguridad y nunca no solo no lograron recuperar lo sustraído. Tampoco les dieron una respuesta.
“La primera vez –hace unos dos meses-, mi mamá estaba en la pieza cuando entraron por la cocina. Se le llevaron la cartera con el dinero que tenía, que no era poco, documentación, los papeles de la moto, todo”. Por suerte “a ella no la vieron y cuando se dio cuenta, ya había pasado. De otra manera anda a saber qué historia estaríamos contando”. Un trago amargo. Y agradecer que no fue màs grave.
Pero también ver cómo salir adelante y capearle al temporal cuando para el porcentaje màs alto de los argentinos apenas alcanza el dinero para comer. La segunda vez –siempre se habla de los últimos sesenta días- “entraron por la misma ventana. Revolvieron toda la pieza de mi vieja y se terminaron llevando una moto guadaña”.
Y ahora, la tarde del sábado, el tercero. “En ninguno recuperamos nada. Estamos cansados de todo esto y el barrio es un desastre. La patrulla anda, pasan mucho y paran por el barrio pero esto es de terror”, concluye la víctima de un nuevo robo en su casa.
