Por Diego Guevara, docente, músico, y miembro de Somos Junín.
Si bien somos animales políticos, como dice el filósofo Aristóteles, y que cada decisión que toma un docente en la escuela es un acto político, no debemos permitir que los intereses “políticos partidarios” interfieran o dificulten la educación de nuestros niños y jóvenes.
No se debe politizar la educación, más bien hay que poner la mirada en los niños y sus familias que esperan una solución acorde al contexto por el cual estamos atravesando. Por un lado se dice: tienen que volver las clases presenciales. Por otro lado, manifiestan que no. Lamentablemente estamos inmersos en una polarización que dista mucho de encontrar verdaderas soluciones. Y mientras tanto, una gran parte de la población espera respuestas.
El año pasado los docentes, directivos e inspectores han hecho un trabajo importantísimo para mantener la continuidad pedagógica. Se han adaptado a las circunstancias de un momento para el otro, han invertido en mejorar los recursos tecnológicos, como así también, el trabajo desde el afecto para mantener los vínculos.
Creo que este año lo tenemos que afrontar de otra manera. Las clases presenciales son fundamentales para nuestros niños y jóvenes. Pero me nacen las siguientes preguntas: Cómo vamos a garantizar el regreso? Contamos con los recursos necesarios? Se está a la altura de las circunstancias?
La única forma de poder resolver este conflicto, es poniendo la mirada en lo importante y evitar polémicas artificiales. De otra manera, van a seguir los enfrentamientos y no llegaremos a buen puerto.
Necesitamos que el Ministro, los gobernadores y los municipios trabajen de forma articulada poniendo a disposición todos los recursos materiales y humanos para garantizar un regreso al aula de forma segura.
Para lograr esto las escuelas deben contar con lo necesario para cumplir con los protocolos que ya conocemos. Pero además, el acondicionamiento de las infraestructuras también es fundamental. Algo que se le podría agregar al protocolo podría ser la incorporación de acrílicos protectores entre el docente y los alumnos. Son ideas que para llevarlas a cabo necesitan inversión. Por eso mismo hay que establecer las prioridades.
En conclusión: no hay que politizar la educación. Hay que ser responsables, priorizar la educación, ocuparse de lo importante y demostrarle a los alumnos y sus familias, que se está trabajando para ellos y no para los propios intereses partidarios.