Por
Licenciado Gustavo Traverso, senador bonaerense Frente de Todos.
Nos acercamos al principio del final de una etapa de la historia, que todavía cuesta medir en impactos objetivos y subjetivos.
Al esfuerzo colectivo de modificación profunda de nuestra vida cotidiana, se le suma algo trascendente: inmunizar a millones, para vencer definitivamente a la pandemia.
Son momentos claves donde nada es más democrático que la disciplina social. Necesitamos referencias claras, metas palpables y profesionalismo, como sostén de un comportamiento comunitario solidario para lograr objetivos comunes.
Si la credibilidad en las instituciones sanitarias públicas son el dique de contención más eficaz, las divisiones entre argentinos y argentinas son todo lo contrario. El esfuerzo de la dirigencia consiste en evitar rupturas sociales innecesarias, básicamente entre la población y el Estado.
La red de localidades cercanas, las densidades poblacionales razonables y las tradiciones culturales arraigadas de nuestra región, deberán ser la base de una acción coordinada entre el Estado y la sociedad civil para ir sorteando cada etapa del plan de vacunación de nuestra provincia.
Proteger a los y las trabajadores de la Salud y seguridad para que puedan cumplir con su tarea, a las y los trabajadores de la educación, para garantizar el inicio de clases presenciales lo más pronto posible, es la prioridad en estas semanas.
Respetar y fortalecer a las autoridades técnicas y transmitir información clara, debatir alternativas que mejoren la eficacia y articular todos los estamentos involucrados, deberán ser la base de un plan sanitario exitoso.
Funcionarios y funcionarias municipales, universidades, referentes sociales y medios de comunicación, ciudadanos y ciudadanas de distintas orientaciones políticas y culturales, tenemos por delante y de manera inmediata, la tarea de ir a buscar, identificar y convocar a nuestras abuelas y abuelos, a quienes padezcan enfermedades crónicas y al conjunto de la población de riesgo para brindarles la protección que merecen.
Está en nuestras manos la responsabilidad histórica de construir, junto a las autoridades del Ministerio de Salud bonaerense, un camino que deje atrás la tragedia sanitaria, y marque el rumbo de la reconstrucción de nuestra provincia.
