Lo habían condenado por violar dos perimetrales para proteger a sus hijas y al padre de su víctima. Estaba recluido en un penal de José León Suárez
Fabián Tablado camina acompañado por una agente penitenciaria al retirarse de la unidad penal de José León Suárez, que pertenece al complejo penitenciario de San Martín (Fotos: Maxi Luna)
Aquel 16 de diciembre del año pasado, Fabián Tablado (45), que en 1996 mató de 113 puñaladas a su novia Carolina Aló, volvió a sentir el frío de las esposas en sus manos: la violación de restricciones perimetrales para proteger a Edgardo Alo, padre de la joven asesinada, así como a sus propias hijas mellizas le valieron dos cargos por desobediencia y un año de prisión. Para ese entonces, llevaba sólo 292 días en libertad tras purgar la histórica condena por el femicidio.
Este miércoles, luego de otro año preso, minutos después de las 12.30 abandonó la Unidad N°46 de José León Suárez tras cumplir su condena por violar esas restricciones.
Ahora, Tablado deberá atenerse a una nueva perimetral que le impuso Edgardo Aló: logró que el Juzgado de Familia N°5 de Tigre le impida al femicida acercarse a menos de 500 metros de su domicilio particular en San Fernando y del laboral por 120 días.
Para garantizar esto, la Justicia ordenó que Tablado lleve una tobillera electrónica. “Este chacal va a salir, le colocarán tobillera y yo voy a tener un dispositivo en el celular que me alertará si se acerca a menos de 500 metros. Y si eso ocurre volveré a denunciarlo”, dijo Aló a Télam.
La jueza Silvia Sendra dispuso que la medida sea por 120 días, aunque “será prorrogable en el supuesto de que perdure la situación de riesgo”, señaló la resolución judicial.
Tablado pasó más de la mitad de su vida encarcelado por las tres condenas que tuvo a lo largo de sus 45 años. Salió en libertad el 28 de febrero de 2020, tras purgar más de 23 años, nueve meses y un día por el crimen de Carolina; permaneció esos 292 días libre en la casa de Tigre de sus padres donde mató a su ex en 1996, y luego volvió a ser detenido el 16 de diciembre pasado, cuando Edgardo Aló denunció que violó la restricción de acercamiento.
El 19 de octubre de 2020, Tablado pasó caminando a 150 metros del lugar de trabajo en Tigre de Aló, algo que tenía prohibido. Iba junto a sus hijas, sobre quienes también tenía una perimetral, a tomar un helado. Todo fue confirmado por los videos de cámaras de seguridad.
El juicio se hizo el 9 de noviembre pasado y el titular del Juzgado N°6 de San Isidro, Hernán Sergio Archelli, condenó a Tablado por el delito “desobediencia reiterada” (dos hechos), a un año de prisión efectiva y lo declaró reincidente.
El crimen de Carolina Aló (17) fue uno de los más violentos de la historia argentina. Ese 27 de mayo de 1996, en épocas en las que no existía la figura del femicidio, el crimen se cometió en la casa de la familia Tablado, ubicada en Albarellos 348, de Tigre: el mismo lugar en el que eligió vivir cuando salió el libertad tras cumplir la pena por el asesinato.
Carolina estaba de novia con Tablado, que tenía 20 años por entonces. Ambos iban a la nocturna de la Escuela N°1 Marcos Sastre de Tigre, pero la noche del 27 de mayo ambos se fueron antes de que terminara la clase. ¿El destino? La casa de Tablado. La familia del joven no estaba.
En base a lo que se reconstruyó de la investigación del crimen de la adolescente, ambos discutieron y Tablado persiguió a Carolina por varios ambientes de la casa: escaleras, cocina y garaje. Hasta que la alcanzó y la mató de 113 puñaladas. Usó cuatro armas blancas halladas en la escena del crimen: una cuchilla de cocina, dos cuchillos de mesa Tramontina y un formón de carpintería.
El juicio se realizó en 1998 y, como en aquella época no existía la figura del femicidio, para intentar lograr una prisión perpetua la fiscalía y la querella acusaron por la figura del homicidio agravado por alevosía. Pero Sala III de la Cámara Penal de San Isidro condenó a Tablado a 24 años por “homicidio simple”.