En el sexto piso del edificio de Tribunales se está realizando el juicio oral y público por el fallecimiento de Francina Marcaccio que tiene como imputado a Sergio Elver González Cartagena en el marco de un fatal accidente que ocurrió el 1 de agosto de 2018 cuando la juninense -de 29 años de edad- conducía una motocicleta Guerrero Econo 70, por Roque Sáenz Peña, y fue embestida en la intersección con Carlos Pellegrini por un Volkswagen Gol Trend, dominio LUO599, conducido por el imputado.
Luego del impacto, Francina permaneció internada en el Hospital Interzonal General de Agudos durante cinco días, debido a que sufrió una fractura de cadera, varios traumatismos y herida cortante en el parietal ya que circulaba sin casco.
Tal como al inicio de todos los procesos, el Juez Héctor Barbera leyó los cargos que se le imputan al acusado (homicidio culposo agravado en los términos del artículo 84 bis del Código Penal), que llegó al proceso privado de su libertad. Luego de esto, fueron seis los testigos que declararon ante el magistrado, aunque habían sido citado ocho, de los cuales cuatro fueron testigos presenciales y dos efectivos policiales. No obstante, lo más sorpresivo fue el pedido de declarar por parte de González Cartagena.
De un lado, se encontraban el fiscal Esteban Pedernera, junto a la doctora Paola Luján, que en aquel entonces era la secretaria de la fiscalía, y como representante del particular damnificado se encontraba el doctor José Orlando Muñoz Saggesse. Por el otro, Cartagena fue defendido por la doctora Dora Piñeyro.
GONZALEZ CARTAGENA: «NO SABIA LO QUE HABIA GENERADO»
Posteriormente, fue el mismo imputado el que se sentó a declarar y contó su versión de los hechos. En primer lugar se disculpó con la familia de Francina y dijo identificarse con ellos por una pérdida similar que atravesó él, con su hijo, por un accidente de tránsito. Fue en la mitad de la audiencia, el imputado González Cartagena solicitó declarar, y le pidió perdón a la familia, “porque yo perdí un hijo de 1 año y sé por lo que están pasando”.
Al ser sometido a las preguntas tanto de la defensoría como de la fiscalía y del abogado particular damnificado, el imputado aseguró en más de una ocasión: “Yo crucé en amarillo”.
“Venía circulando por Pellegrini y vi que estaba en amarillo. Vi que había uno o dos autos esperando en el semáforo. Cuando asomo la trompa siento un impacto en el parabrisas, pero no sabía lo que había generado. Yo ahí perdí la visión y seguí mi marcha. Yo era taxista y sabía que en esa calle, después del kiosco de diarios, había un contenedor de basura negro. Por eso seguí y estacioné más adelante, casi en diagonal”, continuó.
“Tenía dos taxis trabajando en ese momento con dos choferes que manejaban el Gol Trend y yo el Chevrolet Clasic. Ese día comandaba yo el Gol porque estaba desafectado como auto de alquiler desde el 24 de julio por el municipio”, concluyó.
A su vez, siguiendo con el relato del accidente, manifestó: “Cuando bajé me di cuenta de que había chocado a una persona. Por eso nunca frené. No lo hice porque me tocaron bocina o me gritaron. Cuando fui a donde estaba la persona herida no sabía qué hacer, estaba en shock. Reaccioné cuando uno de los testigos estaba moviendo a la persona y le dije que no lo hiciera porque lo tenía que hacer un paramédico o un bombero porque le podía hacer daño”.
Por otro lado, también comentó que estuvo internado, desde el 8 de agosto al 26 de septiembre, por propia voluntad, ya que cuando se enteró del fallecimiento de Francina se deprimió y comenzó a beber alcohol diariamente. En esta misma línea, dijo que nunca tuvo intención de obstaculizar la investigación ni de escaparse, y que no recibió notificaciones, salvo una cuando estuvo internado que le informaba de que se iba a realizar una pericia.
También comentó que en caso de haberse querido escapar le hubiese resultado fácil ya que al ser nativo de Perú y tener doble nacionalidad, podría haber emigrado al país limítrofe cualquier día del plazo que duró el proceso hasta la noche que fue detenido.
“Nunca tuve la intención de obstaculizar la causa. En la mañana del día que me arrestaron yo había ido a la comisaría para saber si había alguna notificación y a la defensoría, donde no encontré nada. Yo firmé un permiso para que mi mujer se lleve a mi hija a Perú. Yo tengo doble ciudadanía y en el transcurso de dos meses me pude haber ido del país y no lo hice”, aclaró.
Por último, al ser consultado por la doctora Paola Luján sobre la pericia realizada, el taxista admitió que iba entre 6 y 10 kilómetros por hora más rápido de lo permitido, pero calificó como “no excesiva” esa velocidad.
EL TESTIMONIO DE LOS POLICIAS QUE LLEGARON PRIMERO
Finalmente fue el turno de los efectivos policiales que llegaron al lugar del siniestro, Fabián Domínguez y Rocío Tieri. En este caso, los dos efectivos coincidieron en que Marcaccio no llevaba casco y que el imputado no ofreció resistencia en ningún momento, inclusive, al pedírsele las llaves del vehículo, le respondió al oficial: “Loco, no me voy a ir. Pasé en amarillo”. Por su parte, Tieri recordó cuando uno de los testigos le recriminó haber pasado en rojo y la respuesta de Cartagena de que había cruzado en amarillo.
Es mañana, Fabián Domínguez, a bordo de un móvil del Comando Patrullas, se encontraba recorriendo las calles céntricas de Junín, cuando me “topé con la escena y llamé a la ambulancia. La víctima, que no llevaba casco, estaba inconsciente y con un corte en el parietal derecho. Cuando llegó la ambulancia, con mi navaja cortamos la bufanda y la mochila”.
Su compañera, Rocío del Cielo Tiberi recordó que pidieron “la ambulancia de carácter urgente. Cuando cortamos la bufanda y la mochila, Francina hizo como un suspiro de volver a respirar”.
Una testigo comentó que el taxi había cruzado en rojo, mientras que el conductor dijo: ‘Loco no me voy a ir, pasé en amarillo’. «Cuando fuimos a tomarle los datos, el auto fue llevado hacia la comisaría conducido por un oficial», subrayó la mencionada testigo.
OTROS TESTIMONIOS
«Yo iba en el auto llevando a mis hijos a la escuela por calle Sáenz Peña y vi que un auto cruzó fuerte y provocó el accidente, cuando nosotros teníamos el semáforo en verde. Francina iba adelante mío despacio, y sobre mi izquierda”, declaró este jueves una de las testigos, Cintia Funes.
“El conductor del auto siguió circulando y le toqué bocina para que pare y se detuvo llegando a General Paz. Lo vi muy frío a él. Francina venía en movimiento cuando el semáforo se puso en verde”, agregó.
“Me quedé en el lugar hasta que llegó la ambulancia. Francina voló y golpeó del lado de la esquina de Manicomio, mientras que la moto quedó del lado de la confitería Matilda”, subrayó.
En este sentido, el hijo de Funes, Ignacio Rosales aseguró “que la joven cruzó el semáforo en verde, mientras que el conductor del auto, en ese momento, me dijo que no había cruzado en rojo”.
“Creo que el taxi pasó a más de 60 kilómetros, venía a las ‘chapas’. Cuando me acerqué a Francina, la vi inconsciente y respiraba con dificultad. El impacto ocurrió en la mitad de la intersección y el automovilista nunca frenó hasta que mi mamá le tocó bocina”, recordó.
“No me lo olvido más”
Otro de los testigos presenciales es Héctor Bruno quien, esa mañana de agosto, circulaba en su auto.” Francina iba un poco más adelante que yo. Yo había tomado Sáenz Peña en avenida San Martín y a la joven la encontré en 25 de Mayo, calle por la que circulaba, donde dobló hacia Sáenz Peña”, confirmó.
“El golpe fue tremendo y no me lo olvido más. Llegué en shock al trabajo. No escuché frenada, y luego del impacto, crucé yo en verde y un segundo antes lo había hecho la joven motociclista”, apuntó.
Este viernes se realizó la segunda jornada de debate, donde desfilaron varios testigos más, entre los que se encuentran los diferentes médicos y un profesional de la clínica de rehabilitación donde estuvo Cartagena internado. Para concluir, tanto Pedernera, como Muñoz Saggesse y Piñeyro pronunciaron sus alegatos.
Foto: Diario Democracia