La historia de miedo y asaltos detrás de la trágica muerte de una nena en Chacabuco

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Un joven de 19 años creyó que habían entrado ladrones y mató por error a su hermanita, de 9. El padre de la víctima contó que había comprado los cartuchos para la escopeta tras un robo.

La familia ya había sufrido un asalto en su casa. En aquel momento, el dueño de la propiedad tomó una escopeta, según dijo «descargada», para ahuyentar a los intrusos, mientras que su hijastro lo ayudaba con un rifle de aire comprimido. Lo consiguieron, aunque el ingeniero mecánico Hernán Barquero (48) tomó una decisión de la que hoy se arrepiente: compró cartuchos para el arma por si los volvían a visitar.

El miércoles último, cuando él estaba en un curso de capacitación en Buenos Aires, un llamado telefónico le cambió la vida para siempre: le avisaron que había ocurrido «un accidente» en su vivienda. Ese «accidente», que conmociona por estas horas a la ciudad bonaerense de Chacabuco, le costó la vida a su hija de 9 años.

De acuerdo al relato de los testigos, eran las 9.10 cuando “ruidos en el techo” alertaron a Brian Torres (19), quien, temeroso, fue a buscar la escopeta a un armario. El joven, de nacionalidad dominicana como su madre, Rosario Tineo (40), intentó hacer un disparo intimidatorio hacia el patio que no salió porque el arma se trabó. Y cuando el supuesto ladrón ya había huido, alterado porque no había funcionado, se le escapó un tiro que impactó en el ojo derecho de su media hermana, Esmeralda Barquero. La nena murió en el acto.

Rosario (aunque de nombre Raquel en sus dos perfiles en las redes sociales), llamó al 911 (el contenido será analizado por el fiscal a cargo de la causa, Daniel Nicolai) en medio del episodio. En la casa de la calle Laprida 21, un barrio de clase media, también se encontraba un nene de 3 años. Y en una habitación contigua, postrado por un ACV, estaba el padre del ingeniero y dueño de la escopeta, que ahora podría ser imputado por “tenencia ilegal de arma de fuego”. Todos quedaron horrorizados tras el disparo que le causó la muerte a Esmeralda.

“Había una persona que saltó por arriba del techo. Lo declaró una persona que lo vio y también hay una cámara de seguridad en la esquina que probablemente haya captado la imagen del delincuente escapando en una moto”, puntualizó Barquero al canal TN.

Fuentes de la comuna de Chacabuco consultadas por Clarín admitieron que, 20 minutos antes del episodio, se ve a llegar un hombre que toca timbre en la casa y se retira luego en una moto, pero que no se observa ninguna situación violenta.

El joven Torres fue llevado detenido a la comisaría.Si bien poco después recuperó la libertad, la Justicia lo imputó por “homicidio culposo no agravado”. ¿Qué pena podría caberle? Según el artículo 84 del Código Penal, modificado por ley en el Congreso el año pasado, “será reprimido con prisión de uno (1) a cinco (5) años e inhabilitación especial, en su caso, por cinco (5) a diez (10) años, el que por imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o inobservancia de los reglamentos o de los deberes a su cargo causare a otro la muerte”. Se trata de un delito excarcelable.

En varias casas del interior de la Provincia, sobre todo en los campos, es habitual que haya viejos rifles o escopetas que van pasando de generación en generación, por herencia familiar. Por eso, este caso reaviva la discusión sobre la inconveniencia de tener armas en una propiedad.

“Es muy importante apelar a la reflexión sobre la tenencia de armas de fuego, principalmente si hay menores viviendo en ese domicilio”, dijo el secretario de Seguridad del Municipio, Darío Ciminelli.

Barquero avaló la versión que dio Brian, de quien señaló ser su “papá del corazón”, al sostener: “Fue un accidente”. Además, afirmó que por el hecho anterior había decidido comprar los cartuchos para la escopeta, de un solo caño, calibre 20 y en mal estado de conservación. “Ese día a mí se me ocurrió comprar cartuchos, los tenía en una caja que estaba lejos de la escopeta”, contó.

Consultado por Clarín, el ingeniero dijo no recordar cuándo sucedió aquel asalto. “Te pido disculpas, pero recién vengo del velorio de mi hija y no sé ni dónde estoy”, aseguró, con la voz derrumbada y llorosa. Fuentes del caso aseguraron a este diario que, respecto del otro incidente, nunca se denunció un intento de robo ni hay registros en el 911.

Ahora, Brian está en lo de un amigo,“contenido”. Tiene otra hermana, de 20 años, Rachel, también dominicana. Su madre llegó hace más de una década a la ciudad y Barquero se enamoró perdidamente de ella. El ingeniero es empleado de la multinacional estadounidense Ingredion, cuyo nombre estuvo en los medios de prensa el año pasado tras despedir a trabajadores y postergarse unos meses, por esa situación, la tradicional Fiesta Nacional del Maíz, el producto que comercializa la firma.

El intendente local, Víctor Aiola (Cambiemos), conocía muy bien a Esmeralda por su trabajo como pediatra: era una de sus pacientes.

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