Tres policías bonaerenses detenidos, nueve desafectados y la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Avellaneda allanada fue el resultado del tiroteo que se produjo anoche con efectivos de la Federal en esa localidad, el cual dejó al descubierto que en esa dependencia se realizaban extorsiones para no armar causas judiciales.
A raíz del enfrentamiento, el comisario Hernán David Martín (43), jefe del Gabinete de Drogas de la DDI, murió en el lugar, mientras que dos efectivos de la Policía Federal (PFA) resultaron heridos y permanecían internados esta tarde en el hospital Churruca, uno de ellos en grave estado.
Por orden de la fiscal de Avellaneda Soledad Garibaldi, quien investiga la causa, los policías que quedaron detenidos por este hecho y que serán indagados mañana son el subcomisario Luis Edgardo Otero (37); el subayudante Silvio Ricardo Vergara (33), ambos integrantes del gabinete que investiga secuestros extorsivos en la DDI, el primero jefe de esa división, y el capitán Eduardo Angel Franicevich, del gabinete antidrogas.
Mientras tanto, por decisión de la Auditoría de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense, los antes mencionados; el jefe de la DDI, comisario mayor José Hernández; y todo el gabinete de narcotráfico de esa dependencia quedaron desafectados de sus funciones.
A partir de lo sucedido anoche, el titular de ese organismo, Guillermo Berra; la fiscal Garibaldi y personal de Gendarmería Nacional comenzaron a investigar lo que ocurría en la DDI y se realizó un allanamiento en sus instalaciones, donde se decomisaron computadoras, teléfonos, legajos y otra documentación de interés para el expediente.
Una fuente judicial indicó que la investigación se inició cuando el jueves por la tarde una mujer se presentó en la fiscalía y denunció que supuestos policías le habían exigido dinero para no armarle una causa por drogas, la tuvieron 50 minutos esposada en un auto perteneciente a la fuerza y luego fueron hasta su casa y le pidieron 30.000 pesos a su marido, de origen dominicano.
La mujer pactó con los extorsionadores que anoche tenían que entregar los 170.000 pesos restantes en una estación de servicio situada sobre el Acceso Sudeste y Madariaga, en cercanías del ingreso al centro comercial Parque Avellaneda Shopping.
Entonces, según contó el jefe de la PFA, Néstor Roncaglia, se organizó un operativo con la División Antidrogas Urbanas de la fuerza, se marcaron los billetes que se iban a entregar como coima y doce policías se distribuyeron en forma encubierta en la estación de servicio.
La mujer llegó al lugar acompañada por una amiga, ya que tenía miedo de ir sola, y en ese momento fue abordada aparentemente por el capitán Franicevich, a quien le entregó el dinero, detalló el jefe policial.
En simultáneo, apareció un Toyota Etios blanco conducido por el comisario Martín que quiso embestir a uno de los policías federales y allí se produjo el primer tiroteo.
Una vez que ese vehículo se detuvo, Martín se habría bajado del auto y cuando los efectivos de la PFA fueron corriendo hacia él, les disparó y resultaron heridos. (DIB)
El cabo primero Claudio De Carlo recibió cuatro disparos (uno en el cuello, otro abdomen y el resto en las extremidades) y su compañero, el sargento Sergio Arán, dos tiros en las piernas, por lo que ambos fueron trasladados al hospital Fiorito y atendidos allí.
Anoche a Arán los trasladaron al Hospital Churruca, donde permanecía fuera de peligro, mientras que a De Carlo lo llevaron en helicóptero al mismo centro de salud este mediodía y fue recibido allí por Roncaglia, que dijo que «todo el Código Penal va a ser tirado sobre los policías detenidos» por haber disparado contra sus pares de la PFA.
«Los policías sabemos que podemos morir o nos pueden herir, pero más nos duele cuando el que está enfrente de nosotros es otro policía que se transforma en delincuente y está más jugado que un propio delincuente», afirmó.
Por su parte, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, aseguró que los policías «eran delincuentes de la Bonaerense» que «traicionaron» a esa institución porque realizaban extorsiones.
«Unos trabajaron como una institución, al lado de la gente, y los otros cuatro traicionaron a la institución, ya que con autos (de la propia fuerza) habían ido a cobrar esta extorsión», destacó la funcionaria.