En un pricipio su mamá y su padrastro dijeron que se había caído de la cama, pero luego comenzaron a contradecirse. Ambos quedaron detenidos por el homicidio.
Sofía tenía 3 años y murió en la madrugada de ayer poco después de ser internada en un centro médico en Ciudad Evita. Tenía quemaduras en la mitad de su cuerpo, hematomas y le habían arrancado parte de su cuero cabelludo.
Al llegar con la nena en brazos la pareja dijo que se había golpeado la cabeza tras caerse de la cama y que se despertó después con dolor de estómago. Sin embargo, ante las preguntas insistentes tanto de los profesionales como de la policía, aparecieron las contradicciones y no lograron ponerse de acuerdo ni en la hora ni en el modo en que su hija había sufrido el supuesto accidente doméstico.
Después, el informe médico despejó cualquier duda y reveló que la menor fue brutalmente asesinada. Según indicaron fuentes cercanas de la causa a Télam, la víctima tenía el 30 por ciento del cuerpo quemado, múltiples moretones en la zona del tórax y el abdomen y una herida corto punzante en el lado izquierdo de la cabeza.
Angélica Venturino, de 27 años, y Julio Gersomino, de 23, fueron inmediatamente detenidos tras la muerte de Sofía, acusados como los principales sospechosos de asesinarla. Ninguno de los dos imputados tenía antecedentes penales ni denuncias por violencia de género.
Por su parte, los vecinos que declararon en la investigación aseguraron que en la casa donde vivía Sofía, ubicada en el monoblock 27 del barrio Villegas, se escuchaban los gritos de la nena cada vez que la golpeaban y que también su madre sufría violencia y malos tratos constantes por parte de Gersomino. Durante el allanamiento en el domicilio se encontraron manchas de sangre sobre una cama.
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