Matías Salazar mantuvo encerrada desde diciembre de 1988 a una mujer en un departamento de Maracay. Le daba palizas o la privaba de agua y alimentos si no accedía a tener sexo con él.
La Fiscalía venezolana detuvo y encarceló a Matías Enrique Salazar Mouture (56 años), que mantuvo encerrada por 31 años a una mujer en un departamento de la ciudad de Maracay, en el estado de Aragua, al norte de Venezuela.
La víctima logró escapar y denunciar a Salazar, quien fue detenido por el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas y se le imputaron cuatro delitos: violencia psicológica, amenaza, violencia sexual y esclavitud sexual.
La víctima, a la que se dio en llamar «Morella», para mantener en secreto su identidad, tiene 49 años, fue raptada por el hombre en la ciudad de Valencia, y se encontraba cautiva de Salazar desde diciembre de 1988, en un departamento donde «la amenazaba y le daba severas golpizas o la privaba de agua y alimentos si no accedía a tener sexo con él».
En el departamento donde estaba secuestrada no podía ni asomarse a la ventana. Solo escuchaba la radio y sus familiares la creyeron muerta.
Ella tenía 17 años y él 23 cuando iniciaron una relación. La familia no lo quería porque se había mostrado agresivo. Salazar la raptó y la tuvo cautiva en varios departamentos hasta que el 24 de enero Morella encontró unas llaves que dejó su captor y con ellas pudo abrir la puerta de calle.
Ahora la policía investiga la situación de otras dos mujeres. Son madre e hija y Salazar también las tendría cautivas desde hace 23 años.
Salazar, apodado «El Limón», «El Gordo Matías» y «Maracay», era para sus vecinos «un hombre silencioso y amistoso».
Morella ya está con su familiares. Al momento de escapar presentaba un cuadro de desnutrición y trascendió que su familia la complace en sus pedidos, como ver Pocahontas, una película que se estrenó en 1995. No duerme bien y pide permiso para realizar cualquier acción.
El abogado de Salazar, José Briceño, dio una rueda de prensa donde confirmó que Salazar había tenidos relaciones sentimentales con las tres mujeres secuestradas bajo el consentimiento de estas, y que eso no era ningún delito. Y cerró su lamentable conferencia con esta frase: «En Venezuela las leyes no prohíben tener tres mujeres».