Lo encontraron dos pescadores en un arroyo. Luego la Policía halló el otro adentro de una bolsa plástica.
Dos jóvenes fueron asesinadas en Rosario en diferentes episodios, con lo que ya suman 31 los homicidios registrados este año. Además, fue hallado el cuerpo descuartizado de una mujer por dos pescadores.
Una de las víctimas fue identificada como la ex pareja de un supuesto vendedor de drogas ejecutado siete meses atrás.
Por entonces la joven, de 22 años, había estado bajo sospecha en una investigación sobre narcotráfico tras el decomiso de una encomienda con estupefacientes. Este lunes a la noche la acribillaron frente a una casa de la zona norte de la ciudad.
Agustina Thompson falleció en el acto tras un ataque registrado a última hora del lunes en Maestro Massa al 400, donde la Policía recogió cinco vainas de proyectiles calibre 9 milímetros.
En la mañana del viernes 19 de julio de 2019 ella fue la testigo principal de una emboscada en la que asesinaron a Carlos Ariel Señuque, con quien mantenía una relación informal reciente.
En ese vínculo, la droga había aparecido como denominador común en una causa anterior y ahora el fiscal Adrián Spelta sospecha que la mataron como un «vuelto» por el primer caso registrado casi tres horas antes en otro punto de la ciudad.
La joven había sido detenida en marzo. La Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) la capturó entonces en compañía de un encargado de Relaciones Públicas de boliches no bien salieron de una dependencia del Correo Argentino y se dirigieron a una estación de servicio del centro rosarino con una caja que contenía diez kilos de marihuana.
En aquel momento, el juez federal Carlos Vera Barros solo procesó a Mario Gustavo Pereyra y dictó la falta de mérito para Thompson, quien salió en libertad condicional luego de pagar una fianza de 50 mil pesos.
La medida fue revocada meses más tarde a partir del crimen de Señuque y el hallazgo de droga tanto en el auto de la víctima como en la caja fuerte del inmueble de barrio Pichincha en el que ella se había quedado a dormir la noche previa al homicidio.
“Patito” Señuque tenía 41 años y también se lo conocía como “Toretto”, apodo que había tomado de la saga cinematográfica Rápido y furioso. La última vez que se encontró con Agustina en su departamento ambos discutieron y él salió en su coche. Ella no pudo irse porque no tenía la llave del lugar, entonces se asomó a gritar al balcón del quinto piso para pedir ayuda cuando escuchó los disparos que abajo rompieron la ventanilla del conductor del Renault Laguna frente a la cochera.
El dueño de casa recibió ocho balazos, la mayoría de ellos en la cabeza, y desde entonces no hay personas imputadas por el asesinato.
Al igual que en aquel caso, a Thompson la ejecutaron pasadas las 23 frente a la vivienda que ocupaba en el extremo norte de la ciudad. Un amigo de ella le dijo a la Policía que la había visto a las 19, aunque no trascendieron testimonios para establecer el posible número de atacantes ni la mecánica del hecho.
Desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA) detallaron que el cuerpo presentaba tres heridas de arma de fuego en el tórax y que la sorprendieron mientras miraba su celular en la puerta del lugar.
Este último crimen elevó a 31 la cantidad de homicidios registrados en el departamento Rosario en 42 días: un promedio de uno cada 30 horas.
A las 21, otra joven de 26 años que iba en moto fue interceptada por dos hombres a bordo de un vehículo similar en Olivé al 1900.
Los agresores abrieron fuego entonces y Daiana Paiva murió después de que uno de los proyectiles la hiriera en la cabeza. Sobre el nexo con Thompson, el fiscal señaló que ambas «tienen antecedentes de formar grupos opuestos» y confirmó el arresto del hombre que estaba junto a la primera de ellas.
«Esta persona conoce a los agresores. Si no, no habría existido posibilidad de que no recibiera disparos», explicó sobre la huida posterior del acompañante.
Estremecedor hallazgo
Dos pescadores rosarinos realizaron este lunes un estremecedor hallazgo. Según denunciaron, encontraron un brazo humano flotando en el agua.
Luego de sacar el brazo, la Policía encontró el otro al cabo de los primeros rastrillajes. Los primeros indicios sugerían que pueden ser parte del cuerpo de una mujer, aunque la Justicia aguardaba peritajes para identificar los restos.
“Venimos una vez por semana. De repente tiramos la línea, lo vimos y empezamos a especular si era de un maniquí”, explicó uno de los jóvenes que dio aviso a las autoridades pasadas las 17.
En cuestión de minutos, la barranca norte del arroyo Saladillo se pobló de uniformados y personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) para examinar el sector. El segundo brazo lo encontraron dentro de una bolsa plástica.
Desde el MPA confirmaron que los rastrillajes que se reanudaron esta mañana permitieron dar con las piernas y la cabeza.
La investigación a cargo de la unidad de Homicidios Dolosos concluyó con el envío del material al Instituto Médico Legal (IML). Se solicitó la extracción de muestras para un análisis genético en paralelo con el examen de las huellas dactilares.
Mientras tanto, el muchacho que se encontró con el primer brazo se mostró convencido de que la mano que vio en detalle pertenecía a una mujer y apuntó que tenía “las uñas semipintadas”.
En un reportaje con Canal 3, Eliseo explicó que lograron acercar los restos hasta la orilla utilizando su línea de pesca. En los instantes posteriores se dieron cuenta de que habían sacado “algo tremendo, realmente impactante”.
La extremidad que veían en el medio del cauce del Saladillo flotaba y por momentos se sumergía mientras derivaba con la corriente frente al Parque Regional Sur, sobre el arroyo que separa Rosario de la vecina ciudad de Villa Gobernador Gálvez.
“Por suerte [el arroyo] estaba tranquilo, si no el agua se lo llevaba para cualquier lado”, destacó como habitué de la zona que muchas otras personas suelen utilizar para recrearse.
Del operativo también participó personal de Prefectura Naval Argentina y la Fiscalía empezó a cotejar denuncias sobre búsqueda de paradero para tratar de establecer la identidad de la víctima.
Fuente: Clarín