Soruco Fernández, femicida que se encontraba detenido por el crimen de Vanesa Carreño en Marcos Paz, apareció muerto en su celda.
El hombre estaba acusado de haber asesinado de 13 puñaladas a su expareja delante de sus hijos, en la localidad bonaerense.
El cuerpo de Soruco no presentaba ningún signo de violencia, según uno de los médicos que lo revisó y antes de quitarse la vida hizo un llamado.
“”Mi tía me llamó de Mariano Acosta que mi cuñado la había llamado y le dijo ‘cuidame a mis hijos que yo voy a tomar veneno, ya no puedo más’”, apuntó Soledad Carreño.
Según consignaron a Télam fuentes de la Policía, su cuerpo apareció en la celda boca arriba y sin signos vitales. Estaba en el la comisaría de Mercedes, a la espera de ser indagado por el fiscal Pedro Illanes, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 del Departamento Judicial.
Al hombre se le imputaba el delito de “homicidio agravado por el vínculo y por ser cometido mediando violencia de género”, una pena que prevé prisión perpetua.
Según las autopsias realizadas sobre el cuerpo de la víctima, de 29 años, al menos 10 de las 13 puñaladas las recibió en la espalda, el tórax y el abdomen. Las tres restantes se trataron de heridas de defensa de la víctima, en mano y brazos.
Después de cometer el crimen, el agresor escapó y arrojó el arma homicida al techo de la vivienda, aunque luego fue encontrada por los peritos.
