El diputado opositor Waldo Wolff denunció penalmente al canciller, Santiago Cafiero, y al embajador argentino en Nicaragua, Daniel Capitanich, luego de que en el acto de asunción de Daniel Ortega en Nicaragua, estuviera presente uno de los principales sospechosos del atentado contra la AMIA.
Se trata de Mohsen Rezai, sobre quien pesa una “alerta roja” de Interpol por pedido de la Justicia argentina, que lo acusa de haber participado en el ataque contra la mutual judía en 1994.
La causa, que quedó en manos de Sebastián Casanello, apunta a determinar si el gobierno argentino “fue previamente informado por el de Nicaragua sobre la presencia de Mohsen Rezai en la ceremonia de asunción del Presidente Ortega, y si esa fue la razón por la cual el gobierno de nuestro país decidió no enviar una delegación” al acto.