Alberto Fernández y Cristina Kirchner, presidente y vicepresidente de la Nación, son diferentes. Pueden coincidir en los fines, en las necesidades, en las urgencias; pero a la hora de hacer política sus métodos no son los mismos.
Claro que esto no es algo para criticar, ya que la diferencia siempre es saludable siempre que uno no quiere anular al otro. En la jura del nuevo gobierno, esas diferencias quedaron marcadas desde un primer momento.
El primero fue Alberto Fernández, flamante presidente, quien no quiso correrse ni un pasito del protocolo y la tradición: «Yo, Alberto Ángel Fernández, juro por Dios, La Patria y sobre estos santos evangelios desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de Presidente de la Nación y observar, y hacer observar, fielmente la Constitución de la Nación Argentina. Si así no lo hiciere, Dios y la Patria me lo demanden».
AHORA | El juramento de Alberto Fernández. pic.twitter.com/MiCUAoikw8
— LA NACION (@LANACION) December 10, 2019
Cristina Kirchner, en cambió, se encargó de agregar a su jura, y remarcarlo, a una figura que olvidó el nuevo presidente: «Yo, Cristina Fernández de Kirchner, juro por Dios, la Patria y estos santos evangelios desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de Vicepresidenta de la nación y observar, y hacer observar en cuanto de mí dependa, fielmente la Constitución de la Nación Argentina. Si así no lo hiciere, que Dios, la Patria y el pueblo, como siempre, me lo demande».
AHORA | El juramento de Cristina Kirchner. pic.twitter.com/w8Oe0W8o9Q
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