En una jornada que marcó el Día Internacional de la Mujer, miles de mujeres se congregaron frente al Congreso Nacional en una masiva marcha que tuvo lugar en todo el país, siendo el epicentro más significativo en la Ciudad de Buenos Aires. Las participantes, en su mayoría representantes de organizaciones feministas, expresaron su descontento «contra el hambre y las políticas de ajuste».
La plaza del Congreso fue el escenario central de la movilización, donde las mujeres realizaron manifestaciones y expresaron sus reclamos a través de intervenciones artísticas. A pesar de la envergadura del evento, la jornada transcurrió en un ambiente pacífico.
Uno de los puntos de discordia fue la decisión del Gobierno de cambiar el nombre de la sala de «La Mujer» a «Los Próceres», añadiendo la fotografía del expresidente Carlos Menem. Este hecho generó protestas y críticas por parte de las participantes.
En la marcha también se sumaron representantes de organizaciones políticas, como el presidente de la UCR, Martín Lousteau, quien respaldó a las mujeres radicales durante la convocatoria. Además, se destacó la presencia del colectivo «Ni Una Menos», que llevó a cabo un «ollazo» y «verdurazo» en el cruce de Solís e Hipólito Yrigoyen.
La policía implementó medidas de seguridad en torno al Congreso Nacional, con vallas y desvíos de tráfico para garantizar la seguridad de los manifestantes. A diferencia de situaciones anteriores, no se empleó una estrategia antipiquete similar a la votación de la Ley Ómnibus.
La asamblea del 8M en la Ciudad de Buenos Aires enfatizó la importancia de la movilización bajo los lemas de lucha «contra el hambre, el ajuste, el DNU y para reafirmar su defensa del aborto legal». En un comunicado previo, las organizaciones feministas convocaron a todas las mujeres que han participado en movilizaciones anteriores a unirse en este día, destacando la continuidad y la fuerza del movimiento feminista.
