El presidente Javier Milei ha tomado medidas inusuales para garantizar la seguridad de sus queridos perros, a quienes él llama sus «hijos de cuatro patas»
Javier Milei teme por la seguridad de sus «Hijos de Cuatro Patas»
Según el periodista Jorge Rial, Milei teme un posible atentado contra sus mascotas, lo que lo llevó a asignar un guardia de seguridad de su confianza para protegerlos. «Milei no quiere que se hable de los perros porque tiene miedo de que haya un atentado contra ellos. Su mayor temor en la actualidad es un ataque dirigido a sus perros, por eso rara vez salen de Olivos», reveló Rial en Argenzuela.
El periodista también mencionó que Milei habría recibido amenazas dirigidas a sus perros. «Me quieren atacar a través de mis hijos de cuatro patas», habría expresado el mandatario a uno de sus colaboradores.
El responsable de la seguridad de los perros es Mario Suli, quien anteriormente había sido el guardaespaldas de Milei hasta que fue relevado después de un conflicto con Casa Militar, la agencia encargada de la seguridad presidencial.
«Es una persona de total confianza para Milei, tanto que le ha confiado la protección de sus perros. No hay personal adicional, Mario se encarga de todo. No permite la intervención de ninguna otra persona», detalló Rial.
Además de la seguridad, el periodista también compartió otros detalles sobre las mascotas de Milei. Reveló que al presidente no le gusta que se refieran a sus perros como tales, ya que para él son sus «hijos de cuatro patas» y prefiere que todos los mencionen de esa manera.
Asimismo, se confirmó que Milei tiene un total de 5 perros, uno de los cuales se llama Conan y es un clon del perro original, mientras que los otros cuatro serían descendientes del nuevo Conan.
Los cinco canes residen en Olivos y cada uno cuenta con su propio espacio equipado con aire acondicionado y un patio privado. Según fuentes cercanas al presidente, los caniles fueron construidos con fondos personales de Milei.
Aunque los perros muestran un afecto particular hacia Milei, entre ellos surgen celos y peleas, por lo que no pueden estar juntos. El presidente debe pasar individualmente tiempo con cada uno de ellos, dedicando 15 minutos separados a cada perro, lo que ocupa una hora de su día en total.