El resultado fue tan amplio que no lo esperaban ni siquiera en los comandos de campaña partidarios: el exministro de Economía, Axel Kicillof, candidato del Frente de Todos, le ganó la elección a la gobernadora María Eugenia Vidal, representante del oficialismo, por casi 17 puntos, algo así como 1,4 millones de votos. De ese modo quedó posicionado para quedarse con el triunfo y el gobierno en octubre, cuando la elección se define por solo un voto, ya que en el distrito no hay balotaje.
«Este triunfo significa que la mayoría quiere una provincia distinta, con otras prioridades», dijo Kicillof, exultante, desde el escenario montado en el Centro Cultural C, donde fue precedido en la palabra por Máximo Kirchner y Sergio Massa, que lo presentaron como el próximo gobernador. «Cuando decimos que queremos gobernar esta provincia es que queremos hacerlo con todos los sectores», enfatizó Kicillof, luego de asegurar que «lo que le falta» a Buenos Aires es «un gobierno que se ponga a trabajar».
Sergio Massa, que lo precedió en el uso de la palabra, lo trató como el virtual nuevo gobernador: «quiero decirte, Axel, que hoy los bonaerenses te dieron una enorme muestra de confianza para gobernar la provincia de Buenos Aires». Antes, Máximo Kirchner le había dedicado «una particular» felicitación por haber «obtenido casi el 50% de los votos».
Tal como se preveía, la elección bonaerense estuvo completamente polarizada, aunque la diferencia entre el primero y el segundo fue muy amplia, mucho mayor que la esperada, entre ambos sumaron el 82% de los votos, con el 84% de las mesas escrutadas. Muy lejos, tercero, quedó el candidato de Consenso Federal, el bolivarense Eduardo «BalI» Bucca, que alcanzó el 5,82% (483.109 votos), seguido de Christian «Chipi» Castillo, el postulante del Frente de Izquierda, que obtuvo el 3,24% (269.255 votos). Al filo de superar el piso para pasar a octubre, Gustavo Álvarez, de NOS, se quedaba con el 1,69%, 140.273 votos.
Por debajo del límite del 1,5% que excluye a los candidatos del acceso a la general de octubre estaban Martín González Bayón, del Nuevo Más, que obtenía el 0,6% de los votos; Leonardo Bariani, del Frente Patriota, con el 0,22%. Santiago Cúneo, de Dignidad Popular, se quedó con 0,21% y, última, quedó la ultraceleste Asunción Macaione, del Movimiento de Organización Democrática, con el 0,11%. Ninguno de ellos tenía posibilidades de llegar a octubre, en vistas de los votos que les faltaron para llegar al piso y de lo poco que quedó por «repartir» en vista de lo que sumaron los candidatos principales.
Sin el corte previsto
Una de las hipótesis que no se verificó fue la del corte de boleta en la provincia. La fórmula de Kicillof y Verónica Magario obtuvo el 49% en el total provincial y Alberto Fernández – Cristina Fernández se quedaron con el 50,56%, solo un punto y medio más. Pero sobre todo, no se verificó un juego propio en contra de los intendentes peronistas del Conurbano, pese a que ciertos análisis lo daban como una posibilidad cierta para este turno electoral.
Por caso, en Almirante Brown, el intendente Mariano Cascallares alcanzó el 57% de los votos, los mismos que Kircillof. Martín Insaurralde, apuntado como un eventual «traidor» por su buena relación con Vidal y su frustrado intento de ser candidato a gobernador, sacó el 55,5%, apenas 0,3% que el candidato a gobernador en el distrito. En Avellaneda, Kicillof sacó apenas 1,6% menos que el intendente Jorge Ferraresi. Y en Esteban Echeverría, Fernnado Gray lo superó por solo 1 punto. Kicillof lo registró en su discurso de triunfo: «muchas gracias a los compañeros intendentes del peronismo», dijo.
Del otro lado, Vidal superó a Macri en la Provincia por solo un 2,7%: 32,6% a 29,9%, un resultado que el escrutinio definitivo modificará poco. La diferencia es de apenas 265 .555 votos, muy poco. Y muy alejado de los 7 puntos de corte que tuvo en la general de octubre, cuando la luz fue del 7%.
El Conurbano
En términos geográficos, tal como se preveía, el bastión de Kicillof fue la tercera sección, en oeste y el sur del Conurbano, donde se asientan los distritos más pobres, plaza fuerte histórica del peronismo provincia. Allí, según las encuestas, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner es la dirigente que tracciona los votos, sumada a los intentes, en general con muy buena imagen. Kicillof sacó allí una diferencia de 31 puntos a Vidal: nada menos que 929.674 votos.
Igual de significativo es el resultado en la primeras sección, en norte más acomodado del gran Buenos Aires, donde la tracción de intendentes de peso de Cambiemos como Jorge Macri (casi 54%) no alcanzó para que el exministro de Economía le sacara 17 puntos a la Gobernadora. Esos distritos son una de las bases territoriales del massismo, por lo que la incorporación del líder del Frente Renovador, Sergio Massa, al frente opositor parece haber cumplido su objetivo.