Durante la reunión secreta que selló el respaldo de cara al balotaje, el expresidente le hizo una serie de pedidos al líder libertario. Los puntos del acuerdo no alcanzaron para convencer al radicalismo y se acelera la ruptura de Juntos por el Cambio.
El pacto de Mauricio Macri y Patricia Bullrich con Javier Milei no solo tiene implicancias electorales, sino que provoca una implosión puertas adentro en Juntos por el Cambio; tanto que hoy parece muy difícil que se pueda rearmar la coalición opositora después de la decisión de los referentes del PRO de cortarse solos y apoyar al candidato libertario.
No hubo fuertes cruces en la reunión que se hizo en la casa de Bullrich tras las elecciones del último domingo. Se argumentó acerca de la necesidad de formar un frente antikirchnerista, pero la mayoría no estuvo de acuerdo. Luego, la Unión Cívica Radical (UCR) enfrentó a Macri al advertir que el apoyo a Milei ponía a la coalición en una situación muy compleja y que además era una decisión inconsulta, ya que durante el encuentro negaron que el pacto fuera un hecho consumado.
Esto irritó a muchos y el radicalismo decidió rebelarse contra Macri. El expresidente planteó que estaba negociando “espacios de poder” (que podrían ser eventuales ministerios, como los de Seguridad y Justicia, a la vez que la designación de un ministro de Economía consensuado entre ambos espacios) y una “moderación del discurso” en un eventual gobierno de Milei, pero los argumentos no fueron suficientes para calmar a los presentes, quienes -salvo Bullrich- se manifestaron en contra.
En el otro lado, el oficialista, Massa negocia en secreto con Gerardo Morales y otros dirigentes de JxC desencantados con la decisión de Macri y Bullrich. Esto no implica necesariamente que vayan a manifestarse públicamente a favor de Massa: el propio gobernador jujeño aclaró que no apoyarán ni a Massa ni a Milei oficialmente, pero lo cierto es que se está cocinando algo por lo bajo.
Los gobernadores, por su parte, se declararon prescindentes. Es un dato muy importante, ya que Juntos por el Cambio tiene diez gobernadores. Comprometerse con alguno de los dos candidatos podría generarles represalias a futuro. Así, quedarse al margen es lo más seguro: si quieren mostrarse como los posibles nuevos líderes de la coalición, primero deben hacer buenos gobiernos; y tener en contra a la administración nacional no parece ser muy inteligente.
Ahora bien, ¿por qué se adelantaron Bullrich y Macri? Ambos anticipaban que la posición de los gobernadores los dejaría en una situación incómoda y complicaría las posibilidades de aliarse a Milei.
Los referentes del sector más duro del PRO tomaron además esta decisión de apoyar al postulante de LLA porque no tienen nada que perder: eventualmente, en una buena gestión de Milei si llega a ser presidente, incluso podrían tener algo para ganar, influyendo en decisiones y ocupando puestos de poder. Fuera de carrera al balotaje con su espacio, la realidad es que no arriesgan nada .
Las urnas van a decir si la maniobra de hoy permite la supervivencia a futuro de este sector duro del PRO, o si finalmente es Milei el que terminó deglutiéndose a lo poco que quedaba del partido. La respuesta, en noviembre.